Las agresiones racistas contra Vinicius Junior han colmado las portadas de los periódicos de todo el mundo durante los últimos días. El fútbol mundial se ha unido de manera unánime para hacerle frente al racismo y condenar estos hechos lamentables.
Sin embargo, del otro lado del Océano Atlántico, la noticia parece no haber calado hondo, ya que, en las últimas 48 horas, dos clubes argentinos de Primera División fueron denunciados por distintos agravios discriminatorios.
El primer protagonista en levantar la voz fue Hugo Rodallega, futbolista de Independiente Santa Fe, quien recibió insultos racistas por parte de los aficionados de Gimnasia La Plata durante el último duelo por Copa Sudamericana.
"No mejoramos como humanidad nosotros. Es un desastre lo que pasa en el mundo entero. Es una tristeza lo que nosotros vivimos aquí porque el tema del racismo ya cansa. Cansa que te llamen mono, negro, es una falta de respeto y una tristeza", denunció el colombiano, en diálogo con 'ESPN'.
Y en la misma línea, casi al borde del llanto, sostuvo: "Podemos ganar, perder, pelear en el campo de juego, pero que la gente se empiece a meter con el tema de la raza, en lugar de rabia, me da tristeza y me dan lágrimas".
Apenas un día después, Miguel Rondelli, actual entrenador de Emelec, denunció que sus futbolistas recibieron agresiones racistas por parte de los aficionados de Huracán, el otro club argentino señalado por estas cuestiones desagradables.
"Pido disculpas porque cometimos un error, hubo un integrante del banco de suplentes que festejó el gol del empate hacia la tribuna. Por eso, me acerqué a hablar con la gente y le pedí disculpas. Después hubo insultos, escupitajos, vasos de agua... Con eso no pasa nada, es el folclore del fútbol. Lo soportamos, somos profesionales", comenzó el técnico, tras el empate por Copa Sudamericana.
Sin embargo, inmediatamente después, denunció: "Quiero repudiar que sufrimos hostigamiento por parte de la gente de Huracán. Creo que ya lo vivió otro equipo colombiano que vino. Van a saltar a decir que es el folclore, pero no, no, no. No me estoy quejando de que nos insultaron y maltrataron todo el partido, pero que a mis jugadores les griten 'esclavos' y 'negros de mierda' me parece que no suma".
Dos denuncias en menos de 48 horas salpican a un fútbol argentino que parece no haber aprendido la lección que generó el 'caso Vinicius'. Las autoridades de la CONMEBOL y la AFA tendrán que tomar medidas urgentes para combatir a los racistas y evitar que estos actos se vuelvan a repetir.