El ascenso del Rayo Majadahonda a Segunda la pasada temporada, una sorpresa para el propio club, propició que a marchas forzadas el equipo madrileño haya tenido que ir adecuándose a la categoría, para la que no tenía preparado su estadio.
Por ese motivo, el equipo majariego ha vivido tres meses de exilio en el Wanda Metropolitano, donde juega el Atlético de Madrid, club con el que mantiene un convenio de colaboración económico-deportivo desde 1997.
Una vez adaptado el estadio Cerro del Espino para aprobar los requisitos mínimos que exige LaLiga, el Rayo Majadahonda regresó a su recinto habitual de competición, donde este domingo les recibieron cientos de aficionados para animar al equipo desde las gradas.
El primer rival, el Deportivo, uno de los mejores clubes de la categoría y aspirante al ascenso, también arrastró muchísima afición, por lo que las gradas del Cerro del Espino lucieron una bonita entrada que contrastó con la niebla y el frío, que también fueron protagonistas.
En el Wanda Metropolitano, el Rayo Majadahonda ha disputado ocho partidos con un balance de cuatro victorias, dos derrotas y dos empates.
En el regreso al Cerro del Espino, el partido entre Rayo Majadahonda y Deportivo terminó sin goles y con reparto de puntos, un resultado que al equipo madrileño le permite situarse en mitad de tabla y seguir disfrutando de su sueño de jugar en Segunda.