De nada ha servido dejarse la piel en este último partido. La derrota en Anoeta dejó al Rayo al borde del precipicio, y el Sporting le ha dado el empujón final para caer al abismo de la Segunda.
El Rayo Vallecano ha dominado el partido en términos generales. El Levante no se jugaba nada y aunque ha intentado dar la cara, se ha notado desde el primer momento que no iba a poner demasiada oposición.
Pablo Hernández adelantó al Rayo a los doce minutos, al empalmar un balón suelto a la salida de un córner, desde la frontal del área. Lo celebró, pero la grada ya sabía que el Sporting iba ganando al Villarreal, un resultado que mandaba al Rayo a Segunda.
A los 23 minutos llegó el segundo, al desviar Jozabed un disparo de Roberto Trashorras. La grada lo celebró eufórica, pero seguían sin llegar buenas noticias desde Gijón. Al menos el Getafe no iba ganando al Betis. Eran los mejores minutos del Levante, y este gol les dejó tocados y hundidos.
Además, se lesionó Juanfran, que decía adiós a su carrera como futbolista profesional antes de tiempo. Se marchó el futbolista del Levante entre aplausos de compañeros y aficionados, pero llorando amargamente, pues ésta no era la despedida soñada.
Se marcharon los equipos a los vestuarios con la sensación de que los dos goles eran escasa recompensa, y así era. El Rayo hizo méritos para haber anotado al menos otros dos tantos, pero no fue capaz de concretar sus ocasiones.
Salió el Rayo con ganas de sentenciar. De hecho, Jémez dio entrada a Miku en lugar de Llorente, un cambio que dice mucho de las intenciones del Rayo, pero la falta de acierto persistía.
A la hora de partido llegó el gol 'granota'. Amaya cometió un infantil penalti que Verza transformó. Y el nerviosismo se apoderó del Rayo. Cada vez que se acercaba el Levante, temblaba el estadio.
En cuestión de minutos, además, llegó el segundo del Sporting, y aunque el Betis ganase 2-0, el resultado de Gijón condenaba al Rayo.
Pasaron los minutos y llegó el gol de la tranquilidad, obra de Miku, al no llegar Javi Guerra a cabecear un centro de Bebé, un puñal por la banda izquierda, y un dolor para la zaga 'granota' toda la segunda mitad.
Pero se acercaba el final y no llegaban buenas noticias desde Asturias. Y sonó el pitido final y se confirmó el drama. El Sporting se queda en Primera y condena al descenso a Getafe y Rayo. Dejó Paco Jémez los deberes para el último día y la fortuna no le acompañó esta vez.
El Estadio de Vallecas, lleno hasta la bandera, se quedó tras el pitido final animando a los suyos, que eran consolados por los jugadores del Levante, a los que acompañarán la próxima temporada en la Segunda División.