Tenía dos oportunidades y varias combinaciones matemáticas para coronarse, pero el Madrid no quiso esperar y lo hizo a lo grande, venciendo al Villarreal y proclamándose campeón a la primera. Aplicando el mazo, como lo ha hecho desde que se reanudó el fútbol para mandar en casa tres años después y sumar a las vitrinas el trigesimocuarto título liguero.
Cayó el gran objetivo de Zidane desde que volvió al banquillo en 2019. Si en los últimos años el Real Madrid se había convertido en el rey de la Champions, el Barça se había hecho dueño y señor de los trofeos domésticos. De hecho, los blancos ni siquiera habían pasado de la tercera posición en las últimas ligas de Valverde.
El Madrid se llevó uno de los mano a mano más interesantes de los últimos tiempos. No en vano, cuando el próximo domingo se cierre el torneo habrá pasado a la historia como uno de los campeones con menos puntuación de la historia reciente, a pesar de que aún puede superar los 87 del Barça el curso pasado. En el mejor de los casos (89), quedará como el que más sumó de las últimas diez temporadas.
El campeón de la pandemia
Zidane y los suyos pasan a la historia como un campeón único. Y es que el parón por la pandemia entre marzo y junio dejó una Liga más que singular. Ahí se cimentó el asalto al título: desde la vuelta del fútbol, el pleno de diez triunfos blancos ha dado seis puntos más que los logrados por el Barça, que se marchó al confinamiento con 58, por los 56 del Madrid. Antes de eso, y a pesar del 2-0 en el 'Clásico', dos derrotas consecutivas a domicilio ante Levante y Betis (de las tres en total en todo el curso) allanaron el camino al liderato de los azulgrana.
La sobriedad defensiva en la nueva normalidad fue el rasgo distintivo de un Real Madrid con mucho empaque en los partidos, fuerte físicamente y que ponderó la pegada por encima de la estética. En estos diez triunfos, en los que no faltó polémica arbitral, el equipo de Zidane mostró ser un bloque muy competitivo. 19-4 es el balance de goles a favor y en contra y habla a las claras de cómo han sido sus encuentros.
Hubo algún momento de apuro ante Valencia, Getafe, Athletic o la segunda parte de Granada, pero la tónica de este mes exprés de fútbol fue la de sensación de superioridad; ahí queda el dato de que se adelantó en todos los partidos.
A pesar de que Zidane rotó bastante en este nuevo fútbol (factor diferencial para el título ante un Setién muy inmovilista), tres nombres sobresalieron por encima de los demás: Sergio Ramos, líder e infalible desde los once metros; Karim Benzema (entre el sevillano y el francés hicieron 12 goles), decisivo en la definición y como asistente, y un Courtois que tuvo que aparecer poco pero que lo bordó cuando le tocó sudar. Además, ahí quedaron los chispazos oportunos de Vinicius, el dominio perenne de Casemiro o los kilómetros de Carvajal por banda.
Igualdad máxima en el liderato: 18-16
La igualdad fue la tónica durante casi todo el curso hasta que la vuelta del fútbol tras el parón sanitario descubrió a un Madrid mucho más solvente y decidido. De hecho, la Liga habrá terminado con el equipo blanco siendo líder en 18 de las 38 jornadas, por las 16 ocasiones azulgranas.
La primera parte del curso dejó exiguas diferencias entre los dos grandes. La mayor del Madrid llegó a ser de +4, firmada en las jornadas 5 y 6; los barcelonistas, por su parte, no llegaron a tener nunca más de dos de ventaja (la última vez, antes del 'Clásico' de vuelta). Y el averaje general decidió hasta ocho jornadas con los dos grandes empatados a puntos (en todas ellas figuraban primero el Barcelona).
El Madrid confirmó un inicio errático cayendo por la mínima en Mallorca, en la jornada J9, algo que confirmó el primer asalto al liderato del Barça. A partir de ahí, empezó a coger velocidad de crucero y a ganar todo hasta que cedió un empate sin goles en casa contra el Athletic en la jornada 18 que los de Valverde aprovecharon para ponerse líderes con dos puntos de ventaja. Sin embargo, un gol agónico de Wu Lei en el derbi catalán a la semana siguiente devolvió la igualdad justo para cerrar la primera vuelta.
En la jornada 21, ya con Setién al mando tras la sorprendente destitución de Valverde a la vuelta de la Supercopa de Arabia, el 2-0 de Mestalla permitió al Madrid separarse tres puntos, una ventaja que pilotó hasta que sorprendentemente hiló dos tropiezos justo en la antesala del 'Clásico', empate en casa con el Celta (2-2) y derrota en campo del Levante (1-0). Esta última con el añadido simbólico de una nueva lesión grave de Hazard.
El 2-0 de Vinicius y Mariano creó una ola de euforia que solo duró una semana, hasta que el tropiezo en el Villamarín y el triunfo del Barça sobre la Real Sociedad enrocó de nuevo la primera posición, que se quedó en el Camp Nou durante toda la pandemia.
Una Liga de autor
El Real Madrid había encomendado la ilusión de este año a Eden Hazard, el 'galáctico' que al fin pudo cazar Florentino Pérez tras muchos años intentándolo. La alegría desbordaba el Bernabéu el día de su presentación. Por entonces, nadie podría imaginar que su sitio habitual sería la enfermería. Tras un inicio frustrado en Vigo por una rotura de fibras, la primera dolencia grave llegó ante el PSG y luego en campo del Levante, esta incluso obligándole a pasar por el quirófano. En total, solo 18 encuentros jugados, un gol y tres asistencias, una cifra que habría sido mucho menor sin el parón por la pandemia, que le permitió ganar tres meses de recuperación. Pero ahí queda su peor año en lo personal.
Y aunque Benzema volvió a demostrar que la salida de Cristiano le permitió unir la faceta de goleador a su gran catálogo de exquisitices en el área (aún maneja alguna mínima opción de acabar 'Pichichi'), aunque Courtois firmará un 'Zamora' blanco 12 años después, esta es la Liga de Zidane.
Una vez más, fue el imán del grupo, el hombre cuyo discurso atrae a los jugadores y hace que crean en él a pies juntillas. Incluso cuando la inesperada derrota en Mallorca (1-0) y el horrible comienzo en Champions puso sobre la mesa el ruido de una posible destitución.
Consiguió dar un giro al juego del equipo. De ese habitual cuerpo a cuerpo se pasó a un Madrid más sobrio, que contagió a más jugadores en el trabajo defensivo y que implicó a más futbolistas en la tarea del gol. Así las cosas, esta versión blanca pasará a la historia como el campeón con más anotadores diferentes, un total de 21.
Eso sí, a pesar de los nuevos fichajes, quizá con la única excepción de un Mendy que fue de menos a más y Courtois aparte, la columna vertebral siguió siendo la de los últimos títulos del francés: Carvajal, Ramos, Varane, Casemiro, Kroos, Modric y Benzema.
Jovic, apuesta fuerte y casi inédito este curso, James Rodríguez y Gareth Bale quedan como únicos lunares de un año de mucha felicidad en el vestuario blanco.