Rondaba el minuto 44 de partido y Hernán Pérez se disponía a dirigir un contragolpe para recortar distancias en el marcador. Pero Leo Messi se puso el mono de trabajo y se manchó de barro.
El '17' del Espanyol encaró a Jordi Alba en la banda derecha con un autopase. En ese momento, Messi entró a escena y tomó el protagonismo de la acción con una vertiginosa carrera para robar el balón.
Con el esférico ya en su poder, el '10' retrasó para Ter Stegen, quien comenzó la jugada para el conjunto azulgrana. Una acción que hizo mejor el recital que dio ante uno de sus máximo rivales.