Esteban Burgos había sido uno de los hombres clave la pasada campaña en el Alcorcón. Tan bueno su curso, que llamó la atención del Eibar para jugar en Primera División.
Sin embargo, unas molestias en el pie impidieron al argentino estar a tono durante gran parte de la temporada, hasta que llegó el momento de debutar ante el Athletic Club.
Tras el empate cosechado, en el que terminó con una máscara por un golpe con Raúl García, regresó a los terrenos de juego un mes después con ganas de volver a demostrar su mejor nivel.
Pasó de ronda de Copa contra el Cacereño y, este último fin de semana, anotó uno de los goles con los que el Eibar venció al Atlético de Madrid. A sus 28 años, Burgos está pletórico y quiere más.