Este PSG ya sabe lo que es perder un partido de forma estrepitosa. Llevaba semanas dejando dudas, ganando puntos 'in extremis' en una Ligue 1 donde es escandalosamente superior al resto. El juego no convencía, pero sí los resultados. Esta vez, el Rennes le ha puesto los pies en la tierra.
Porque la lección de fútbol del equipo de Bruno Génésio es fenomenal. Eso, y que al Paris Saint-Germain no le salió nada durante los 90 minutos. Mbappé, Neymar y Di María suspendieron, la defensa hizo agua y Messi fue el único que puso un poco de magia y orden en el ataque para tratar de ganar un duelo importante.
Neymar erró en el área y desapareció durante el resto del encuentro. Mbappé estuvo más participativo, pero fallón como está acostumbrando en este inicio de temporada. El francés no termina de acoplarse a una delantera de ensueño. La primera parte, dentro del desastre, no fue del todo mala.
Messi se estrelló con el larguero en una falta impecable y el PSG, tras el arranque exultante del Rennes en el Roazhon Park, cogió las riendas para tratar de ponerse por delante. Sin embargo, no era el día. El gafe de cara a portería era preocupante y, para colmo, los locales se fueron con ventaja en una última acción antes del descanso de '10'.
Sulemana y Laborde, los hombres del partido, conectaron para que saltara la sorpresa en la Ligue 1. El veloz extremo del Rennes puso un centro perfecto al segundo palo y el ariete cogió la espalda a Nuno Mendes para terminar fusilando a Donnarumma dentro del área parisina.
Los astros se alinearon en esta cura de humildad para el PSG, que perdonó ocasiones de todos los colores en ataque y el cuadro de Génésio le golpeó en dos momentos clave: al filo del descanso y nada más comenzar el segundo tiempo, a los tan solo 18 segundos con un zarpazo monumental de Tait.
Fue Laborde el que llevó la jugada por la derecha y asistió al centro para que el '20' del Rennes superara a un Donnarumma desquiciado. El PSG era un desastre tácticamente y en defensa fue el peor día de lo que va de temporada. Faltó un director de orquesta y Pochettino tardó demasiado en actuar.
Pero claro, ¿a quién quitas del tridente cuando cada uno que sale acaba enfadado? Una bendición o un problema es lo que tiene el entrenador argentino, que no movió el banquillo hasta el minuto 76. Y eso que el baño del Rennes en el segundo tiempo fue escandaloso, especialmente por la intensidad de un equipo que se creyó la hazaña desde el primer momento.
Se fue sustituido Neymar con cara larga y el equipo parisino, que llegaba con optimismo tras vencer al Manchester City en la Champions, seguía sin despertar. Le anularon un gol por fuera de juego a Mbappé y Messi se vio superado. El Rennes incluso rozó el 3-0 en alguna contra o un penalti que, merced a la revisión del VAR, fue suspendido.
Subidón de adrenalina para el Rennes, que alcanza la séptima posición. El PSG suma la primera derrota de la temporada después de caer ante el Niza en la Supercopa de Francia, aunque en aquella ocasión no estuvieron las estrellas. Esta vez sí, y el baño de humildad en el Roazhon Park fue épico.