El fútbol más tradicional se vive en Inglaterra, donde se creó el deporte. La esencia del balompié rebosa por los cuatro costados de los estadios y hay historias para dar y tomar.
Una de ellas es la del Portsmouth, único equipo inglés que se ha tenido que enfrentar a un descenso administrativo y que les llevó desde la Premier League hasta la Cuarta División.
El 'Pompey', como se le conoce al club, sufrió este tremendo varapalo en 2010 bajo el mando del magnate Suleiman Al Fahim, que llegó con la promesa de sentar en el banquillo a Maradona.
Como bien recuerda 'Panenka', el club había jugado ese mismo año competición europea contra Milan. Toda una gesta para uno de los clubes más modestos de la Premier League.
Al final, Suleiman no aportó el dinero prometido y cedió su acciones a un tal Ali Al Faraj del que nunca que se supo nada ni nadie le vio el rostro.
A la entidad no le quedó otra que declararse insolvente con una deuda de 150 millones, por lo que fue condenado al descenso. Del Jeque, el club pasó a manos de un millonario ruso previo paso por la empresa Falcodorne LTD, acreedora de la deuda.
Vladimir Antonov estuvo lejos de salvar al club y solo engordó los escándalos que se vivieron el año anterior y fue detenido a finales de 2011 por no pagar unos seis millones de euros en impuestos.
El 'Pompey' llegó definitivamente a Cuarta División y en 2013 un fondo común de los aficionados consiguió hacerse con el control del club. El Pompey Supporters Trust se encarga ahora de recuperar la esencia más tradicional del Portsmouth, que navega entre League One y League Two.