Nigeria salió con muchas ganas de doblegar a una de las favoritas del torneo. Consiguió un saque de esquina en los minutos iniciales del encuentro y Francisca Ordega intentó marcar el primer tanto del partido pronto, pero el tiro fue demasiado débil y Schult pudo atraparlo sin problemas.
Poco a poco, las germanas fueron dominando un partido que se antojó muy parejo durante los primeros compases. El acoso al área rival, gracias a las intervenciones de Magull, Popp y Schüler, propició que las europeas sacaran tres saques de esquina prácticamente seguidos.
Popp aprovechó el tercer lanzamiento para mandar el esférico al fondo de las mallas con un incontestable testarazo en su partido número 100 con la Selección. El VAR revisó la acción por un posible fuera de juego posicional, pero la diana subió al marcador.
Las nigerianas quisieron tener prisa y recomponerse lo antes posible, pero Nwabuoku cometió un fallo al despejar el balón cuando este estaba en su área y puso la plantilla sobre la rodilla de Magull. El VAR volvió a actuar y concedió un penalti que Däbritz se encargó de transformar en el segundo de las europeas.
Las nigerianas terminaron la primera parte mostrando un gran orgullo, pues no dejaron de intentar llegar a la portería rival hasta que la colegiada mandó a las futbolistas a los vestuarios. Oparanozie tuvo la mejor ocasión de este tramo tras un pase lateral que llegó botando, pero la defensa interceptó el disparo de la delantera.
En la segunda parte, las nigerianas volvieron a salir con todo, pero el 'rodillo' alemán tardó solo diez minutos en volver a hacerse con el control del partido. La calidad de las jugadoras germanas fue una de las razones, pero la fatiga de sus rivales también tuvo mucho que ver.
Hubo pocas ocasiones a lo largo del segundo acto y las que había se iban desviadas lejos de las porterías. El cansancio físico se hizo evidente cuando Ihezuo tuvo que abandonar el campo en camilla después de un leve salto tras el que la jugadora se hizo daño en el gemelo y no pudo continuar.
Conforme el desgaste de las nigerianas se hacía evidente, se sucedían los errores defensivos. Uno de ellos lo aprovechó Gwinn para robar la pelota prácticamente en el área rival y asistir a Schüller, que cruzó el esférico y firmó la sentencia, mandando a Alemania con velocidad de crucero a cuartos de final del Mundial.