Jarro de agua fría a la reacción que el Tenerife mostró en Albacete. Volvió el equipo chicharrero al Heliodoro Rodríguez López, en el estreno como técnico de Ramis en el coliseo tinerfeño, y el rendimiento no fue nada bueno de un equipo que tenía la oportunidad de dar el salto para alejarse notablemente de la zona de descenso. Y, sobre todo, de golpear directamente a la yugular de un rival directo.
Sin embargo, la cosa empezó a torcerse desde el principio para el Tenerife. El Sabadell, por su parte, aprovechó perfectamente sus opciones y salió con la máxima intensidad en un duelo cumbre para tratar de mirar con algo más de optimismo hacia la salvación. Y en el primer minuto, gol de Stoichkov, que regresó al once y puso un disparo perfecto a la cepa del poste.
Apenas habían transcurrido unos 50 segundos. Un golpe demasiado duro del que le costó reponerse al Tenerife. Los blanquiazules estuvieron lentos, previsibles y dormidos en la primera mitad. De hecho, solo Álex Muñoz tiró del equipo para mantenerlo con vida en el segundo tiempo. Pero eso fue después de que Aleix Coch anotara el segundo gol en el minuto 19.
Otro desajuste de la defensa local en un balón parado acabó con un testarazo en el larguero y, en el rechace, el defensor del Sabadell no perdonó con una volea perfecta. Antonio Hidalgo respiró con tranquilidad ante lo que estaba siendo un dominio sin condicionantes del cuadro catalán. El Tenerife no sabía qué hacer con la posesión.
Nada de Fran Sol, poco de Nono y menos de Suso, que estuvo más centrado en protestar al colegiado que en generar desequilibrio por banda. Le costó al Tenerife ensanchar el campo, hacerlo grande para obligar al Sabadell a moverse y a bascular. Pese a las dificultades, Álex Muñoz rescató a los suyos con un zurdazo sencillamente espectacular y que se coló por la escuadra de Mackay.
El Sabadell no se echó atrás después del descanso. Supo manejar su ventaja en el electrónico y los cambios dieron oxígeno en el centro del campo. No obstante, cada vez le costó más generar y todo el esfuerzo se dedicó a la zona defensiva. El Tenerife apretó en busca del empate, pero Mackay y la defensa estuvieron imperiales para sellar un triunfo que vale su peso en oro para el Sabadell.