Era de esperar que no fuese especialmente efusivo. La escena fue muy rápida. Conte se quedó donde normalmente espera el técnico visitante hasta que llega el local. Lo habitual es el saludo y un leve comentario. "Suerte", "me alegro de verte"... o algo más cariñoso sin los entrenadores en cuestión tienen buen trato. No fue este caso.
El técnico del Chelsea, aparentemente distraído, vio venir al portugués por el rabillo del ojo. Se giró apenas, no cambió el gesto y apretó su mano de manera breve, casi ni un segundo.
Mourinho, por su parte, ni le miró a los ojos. Compuso una leve mueca y siguió estrechando la mano de otros miembros del cuerpo técnico.
La guerra fría, que ya contaba con algunos episodios previos, comenzó antes de que el colegiado diera el pitido inicial.
El saludo entre Conte y Mourinho después de la guerra de palabras que tuvieron hace unas semanas. pic.twitter.com/ttZ57ZIH4c
— #BenditaPremier (@EPL_es) 25 de febrero de 2018