Xabi Alonso se ha estrenado en el fútbol profesional a lo grande. El Sanse logró pasar por encima del Leganés y dejó claro que va a ser un equipo fuertemente armado y con las ideas muy claras.
El choque no fue una oda al fútbol, pues la mayor parte del partido se vivió en el centro del campo. Hubo mucho equilibrio y las ocasiones se contaron con los dedos de una mano. Cuatro disparos a puerta para el Sanse, tres para el Leganés.
Las defensas de ambos equipos sí que estuvieron muy concentradas. El Sanse no concedió apenas crear peligro y cuando lo hizo estuvo ahí Zubiaurre, como cuando disipó las ocasiones de Sabin y Naim.
Pidieron penalti los del Sanse por una mano de Javi Hernández que no entendió como tal el colegiado y con poco más se llegó al final de la primera parte de un partido que fue de lo más espeso.
En la segunda mitad sí que hubo más movimientos. La Real Sociedad B se adelantó gracias a una gran acción de Karrikaburu, que controló con una pierna y con la otra disparó a la media vuelta para sorprender a Riesgo con un remate ajustado al primer palo.
Llegaron los cambios y el guion apenas tuvo nuevos giros. Supo llevar el Sanse la misma línea y contenter a un Leganés que dio sus coletazos, pero que vio muy agria y muy dolorosa la derrota ante el recién ascendido.
El Sanse, aparte de la victoria, tuvo que sufrir la lesión de Sola por unas molestias musculares y en la recta final a punto estuvo de tener un susto de no ser porque el disparo ajustado de Arnaiz se marchó rozando la cepa del poste. Xabi Alonso ya mete miedo en Segunda.