La victoria ante el Villarreal supuso una tremenda felicidad en las filas del Sevilla, que, además de volver a lograr sumar tres puntos en Liga después de dos semanas sin hacerlo, superaba todas las adversidades que se dieron ante el conjunto amarillo para acabar dejando el triunfo en Nervión con una grada volcada con su equipo. Con ese partido, los blanquirrojos, que se colocaban segundos en la tabla con 31 puntos, conseguían establecer nuevas y positivas estadísticas en sus parámetros en esta temporada 2020-21.
Y es que los de Julen Lopetegui vuelven a comandar el ranking de la clasificación de locales en esta campaña, con 19 puntos en siete partidos, al igual que el Rayo Vallecano, que en el mediodía de este domingo podría sumar en Vallecas y coger de nuevo ese liderato especial.
Aun así, el choque ante los de Unai Emery fue una demostración de superación y competitividad del plantel hispalense, que vio cómo sus fuerzas menguaban en la segunda mitad y que, ayudado y sustentado por el calor del Sánchez-Pizjuán volvía a ganar en su templo después del último empate frente al Deportivo Alavés, único encuentro que el Sevilla no ha vencido en su estadio.
Asimismo, los sevillistas conseguían nuevamente dejar su portería intacta, seña de identidad de esta plantilla trabajada por el preparador vasco, que tan buen hacer defensivo lleva practicando en los últimos tres años. Así pues, contra los de Castellón el Sevilla sumó su octava meta a cero en esta temporada, solamente una menos de las que lleva la Real Sociedad, nueve, líder en este registro tras quince choques del campeonato disputados. Históricamente, además, es la número 750 para los hispalenses en toda su historia de Primera.