Este Sevilla va disparado como un cohete hacia los primeros puestos de la clasificación. Que no se duerman Barça y Madrid porque los de Lopetegui tienen cuerda, calidad y ganas para mucho rato.
Cierto es que, en algunas ocasiones, le cuesta más ganar de lo que debería. Pero así se cimientan los grandes proyectos, en el trabajo diario y en todos los estadios. Como diría el Cholo, "partido a partido".
Y lo más positivo es que es un equipo totalmente reconocible, que sabe a lo que juega y que conduce los partidos por los conductos que mejor le vienen. De hecho, los guiones de muchos partidos son muy similares.
En el José Zorrilla volvió a salir como un torpedo en ataque. Empezó dominando la posesión con absoluta comodidad y cercando el área de Masip, todo ello hasta que llegó la jugada 'polémica' del partido por las protestas locales, aunque no lo es tanto.
Un penalti claro de Moyano llevó a Banega a los once metros. Desde allí, Masip le adivinó las intenciones al argentino, pero lo hizo tras adelantarse en la línea de gol. Volvió a repetirse el lanzamiento y el '10' no perdonó.
Se vino arriba por momentos el Valladolid, con un proyecto guiado por algo más de corazón que cabeza. Hervías amenazó con sendos centros envenenados al área que repelió una impecable defensa sevillista.
Para analizar el encuentro, hay que hacer un punto y aparte para dos jugadores del Sevilla: Diego Carlos y Fernando, dos piezas fundamentales en el esquema defensivo y en la columna vertebral del conjunto de Julen Lopetegui.
El técnico hispalense sustituyó a un Nolito que no tuvo su día en el segundo tiempo, y volvió a acertar con las sustituciones. El 'Mudo', a la chita callando, fue esencial para mantener la pelota en momentos clave, también lo fue Óliver Torres. Con ello, el Sevilla logró ahogar el intento de reacción pucelano.
Sin embargo, Sergio no encontró esa revolución que necesitaba con los cambios. El partido se recalentó en el tramo final y, a falta de ocasiones, llegaron los piques. Ocampos perdió los papeles y fue expulsado, algo que no impidió que el Sevilla se llevara los tres puntos de Valladolid para continuar soñando con los grandes.