Sin embargo, el partido empezó muy bien para los de Stefano Vecchi, el reemplazo temporal de De Boer. Mauro Icardi se aprovechó de un balón suelto en el corazón del área inglesa para adelantar a los suyos.
Pero el Southampton se repuso al golpe y comenzó a inquietar la meta de Handanovic. Al filo del descanso parecía seguro que llegaría el empate, y entonces se descretó penalti para el 'Soton'.
Una mano dentro del área que se convirtió en penalti y éste, en tangana. Candreva se jugó la expulsión dando un codazo a Tadic, cuando éste se disponía a preparar el balón para chutar el penalti.
La amarilla valió la pena. Tadic chutó y Handanovic lo detuvo. El partido se fue al descanso con un golpe de moral para el Inter. ¿Qué podría salir mal?
Todo, absolutamente todo. Para empezar, a los veinte minutos de la reanudación Van Dijk puso las tablas en el electrónico, y el Inter comenzó a sufrir. Una derrota les pondría contra las cuerdas y sin margen de error.
Y llegó el gol, de la manera más dolorosa posible. Fue Nagatomo quien lo marcó, en su propio arco. El Southampton, habiendo desperdiciado un penalti, levantó el 0-1 y condenó al Inter a decir prácticamente adiós a Europa.
En los veinte minutos restantes estuvo más cerca la sentencia que el empate, buena prueba de que este Inter está roto por dentro.
El Southampton se afianza en la segunda plaza con este triunfo, sumando 7 puntos, dos menos que el líder, el Sparta de Praga. El Inter es el último, con 3 puntos, los logrados la pasada jornada precisamente contra el que puede haber sido su verdugo.
La próxima jornada visitan al Hapoel Be'er Sheva, el club que dio el campanazo en el Giuseppe Meazza al ganar al Inter en su casa. Cualquier resultado que no sea un triunfo dejará al Inter fuera de los dieciseisavos de final.