Después de seis partidos seguidos sin conocer la victoria, el Sporting se reencontró con el triunfo en un partido más que sufrido ante el Girona. El cuadro asturiano lo hizo encima ante un equipo que está peleando por ascender a Primera División.
El conjunto catalán, ubicado en posiciones de 'play off', cedió tres puntos más que vitales y ya tiene a Las Palmas respirándole en la nuca. Los de Míchel han firmado dos derrotas consecutivas que le han hecho complicarse la vida en este tramo final.
Pese a todo, la sexta posición es para ellos y ahora les toca ganar los dos partidos que le quedan para asegurar dicha plaza. Y de la medio decepción pasamos a la alegría del Sporting, que tiene prácticamente amarrada la permanencia salvo hecatombe.
Abelardo, que llegó al banquilo rojiblanco en esta parte final del curso, ha conseguido firmar su primera victoria gracias al buen hacer de los suyos en el área rival. Dos zarpazos y dos goles que le dan un respiro a falta de dos jornadas para el final del campeonato.
Ya desde el inicio, el Sporting mostró sus cartas y tardó 12 minutos en ponerse por delante en el marcador. Tras los avisos previos de Djuka y Pedro Díaz, Gragera, en un córner botado desde la izquierda de Pedro Díaz, entró como un rayo al primer palo y cabeceó a gol.
En vez de salir reforzado de ese tanto, el equipo asturiano dio un paso para atrás y el Girona lo aprovechó para hacer el 1-1. En una acción aislada, Juncà bajó un balón centrado desde la derecha y Stuani, que estaba muy cerca de su compañero, metió la pierna izquierda e igualó la contienda.
El árbitro lo anuló en primera instancia por un posible control con la mano del lateral, pero finalmente lo dio por válido tras su comunicación con la sala VOR. Jarro de agua fría en El Molinón Enrique Castro Quini, que recuperó de nuevo la alegría justo al filo del descanso.
En el mejor momento del Girona, José Luis Rodríguez se coló en el área, levantó la cabeza y puso un balón medido en la cabeza de Djuka. El serbio, en su zona de confort, cumplió con su deber y puso de nuevo por delante a los suyos.
Tras la reanudación, el cuadro gerundense salió con mucha mejor cara e incordió a su rival durante un buen tramo del segundo acto. Es cierto que los acercamientos no fueron del todo peligrosos, pero siempre había cierto nerviosismo en la grada cada vez que pisaba el rival el área.
Tanto Míchel como Abelardo movieron sus banquillos en busca de frescura, algo que no sirvió de mucho. El cuadro catalán seguía sin concretar sus ocasiones ante un Sporting que quiso convertir al tiempo en su mejor aliado.
Los asturianos, ya metidos atrás, jugaron con él y eso terminó por desquiciar a un Girona que vio cómo su oponente le arrebató tres puntos vitales. El tren de la salvación pasó por El Molinón Enrique Castro Quini y los rojiblancos se subieron a tiempo.