El Lugo sigue incrustado en la zona de descenso. Desperdició su oportunidad de puntuar en El Molinón por dos motivos: el primero, su falta de pólvora; el segundo, su fragilidad atrás. El Sporting se defendió correctamente y atacó con sensatez cuando dominó y de ahí que se llevara los puntos.
La primera mitad fue claramente de los locales menos por los minutos previos al descanso. Tras los compases iniciales de carburación, los golpes gijoneses eran mucho más dañinos. Al tercer tiro, Nacho Méndez mandó la bola a la escuadra gracias a un precioso pase de tacón.
Los albivermellos tenían muchas dificultades para reaccionar. En lo que tardaban en empezar a acercarse con peligro al área rival, sus rivales tuvieron otra para marcar el 2-0, pero el disparo de Manu García fue a las manos de Cantero. En la otra portería, solo un testarazo de Barreiro que se fue por línea de fondo.
Seguía atascado el Lugo en el segundo acto. En defensa y en ataque. La banda izquierda era un quebradero de cabeza: Javi Fuego, Carmona, Manu García y Pablo Pérez combinaban muy bien y hacían que el tiempo corriera aunque no generaran todavía el segundo tanto.
Pero el peligro fue llegando a los dominios de Mariño. Yanis fue un revulsivo clave en este sentido y las piezas defensivas rivales que mejor tapaban huecos eran Babin -despejó miles de centros- y Mariño -sacó los pocos tiros a puerta-. En este contexto de cercano empate, Aitor García mató el partido.
En el tramo final, el Sporting dio con gusto un paso atrás y se defendió cómodamente. Sus contrincantes no eran capaces de ponerles en apuros y, de hecho, la tuvieron para firmar el 3-0 en un pase de la muerte que le cortó Campabadal a Aitor García y un disparo de Nacho Méndez que repelió Cantero.