El RCDE Stadium es el territorio del 'Panda' vista el color que vista. Desafortunadamente para el Espanyol, en el comienzo de la jornada 22 de la presente temporada de Primera División, lo hizo defendiendo el verdiblanco del Real Betis. Gracias a dos tantos suyos y a una actuación colectiva de mérito que se tradujo en goleada, el equipo de Manuel Pellegrini se hizo con los tres puntos.
La clave residió en el paso atrás que los 'pericos' dieron después de adelantarse en el luminoso. Lo lograron pronto, en el minuto 14, cuando el clima del partido aún no permitía dilucidar si era uno u otro plantel el que estaba imponiéndose. Se respiraba igualdad en la atmósfera y ese es el ambiente ideal para que Raúl de Tomás aparezca.
En una de las varias incorporaciones por banda que Óscar Gil estaba protagonizando, la zaga andaluza se rompió y el lateral encontró a RDT con un balón vertical que le había regalado Canales. El '11' solo tuvo que situar el interior de su bota zurda en el sitio preciso para amortiguar la trayectoria del cuero y alojarlo en el fondo de las mallas de Claudio Bravo.
Este prólogo parecía perfecto para los de Vicente Moreno, pero tanto tiempo por delante y una decisión que acabó siendo condenatoria de la derrota frustraron sus opciones: dar un territorial y evidente paso atrás. El Espanyol retrocedió muchos metros y tan solo comenzó a presionar a los béticos cuando estos conseguían personarse en tres cuartos de campo.
El problema -problema para los 'pericos'- es que, en esa zona, Pellegrini cuenta con maestros. Canales y Fekir, el español un poco más atrás y el francés más adelantado, se encargaron de tejer una ristra de pases que descompusieron las intentonas catalanas de blindar su mínima ventaja, que pasó de otorgarles el monentáneo triunfo a ser el caldo de cultivo de una goleada en contra.
La chispa del 1-4 final, eso sí, nació de una acción polémica. Pasada la media hora inicial, Canales elevó el balón desde el suelo en el área de Diego López, donde Aleix Vidal, que estaba firmando una gran actuación, no tuvo tiempo de retirar su brazo derecho antes de que cambiara la trayectoria del esférico. Tras ello, el procedimiento de siempre. VAR, monitor y penalti. Borja Iglesias, con un zapatazo a la escuadra, la transformó en las tablas.
De ahí en adelante, el Betis se despojó del ya de por sí poco cuidado que estaba teniendo porque su esquema pasa por una manera de entender el fútbol descarada que potencia lo que profesionales como Canales y Fekir saben hacer. Sin firmar ellos ninguna de las dianas, se erigieron en los pilares maestros de prácticamente cada jugada de peligro.
Guido Rodríguez, el 'Panda', que obró un doblete, y Willian José se encargaron de desfilar por la pasarela de anotadores. El primero, cinco minutos después del 1-1, remató imperial un saque de esquina que Fekir sirvió con música y al que Aleix Vidal llegó tarde. El segundo, tras una asistencia de tacón de Canales que le supo a caramelo, convirtió el 1-3 con un chut muy potente; el último, dos minutos después de entrar por Iglesias, colocó el cuarto tanto definiendo al palo largo después de recibir un cuero profundo de Fekir.
El Betis ganó por 1-4, pero pudo hacerlo por 1-5. Esbozó, menos por los primeros compases, una versión muy superior a la del Espanyol. Tanto, que hasta Raúl de Tomás, gran exponente de la plantilla, se desquició. Le propinó una patada a William Carvalho que le valió por su primera amarilla y otra a Willian José que supuso la segunda.
Los 'pericos', clasificatoriamente hablando, atesoran margen para encajar este contundente golpe sin consecuencias fatales, pero terminaron su duelo con los andaluces con pésimo sabor de boca por perder, por hacerlo contundentemente y por haberlo merecido. Otra víctima de este super-Betis.