Ocurrió hace algo más de un año. El 25 de mayo de 2018 el Gimnàstic de Tarragona visitaba Huesca. El cuadro catalán se jugaba la vida en El Alcoraz y los locales habían prometido no emplearse a fondo. O eso reveló Íñigo López hace unos días.
Unas declaraciones que, además de valerle la inhabilitación cautelar por parte de la Federación, le han costado un duro reproche por parte del Huesca. El club altoaragonés lo negó categóricamente, pero el diario 'El País' respalda la versión del hoy jugador del Dépor.
Porque este rotativo habla de una "reunión de caballeros" antes del polémico partido. Los jugadores discutieron en el vestuario, en los días de entrenamiento que precedieron al encuentro, si debían o no jugar a medio gas, como habían prometido. Siempre a espaldas del club.
Y esas reuniones dividieron al vestuario entre los que querían mantener la palabra dada y los que querían salir a ganar por orgullo. Tanto el juez como la Policía preguntó a los jugadores del huesca investigados en la 'Operación Oikos' por este "pacto". Y sus respuestas evidencian esta división.
Melero, por ejemplo, reconoció la existencia de "corporativismo" en el fútbol ("preguntado si existe corporativismo en el ámbito del fútbol, dice que sí, que es cierto", se puede leer en el informe policial), mientras que otros lo negaron.
Gallar y Camacho fueron más o menos categóricos a la hora de negar el "pacto". "Dice que supone que no", se lee al respecto del primero. "No cree que haya corporativismo", respondió, algo más firme, el segundo.