El final de la campaña suele cruzar siempre en Segunda a equipos con diferentes ambiciones. Lo largo que es este campeonato campeonato propicia que haya muchos equipos con aspiraciones de ascender al final, en tanto que la lucha por no caer al pozo de la división de bronce siempre está presente.
En el Heliodoro Rodríguez López, el Tenerife, llamado a estar arriba, tuvo que convertir en final una visita del Oviedo que se esperaba que pusiera en juego una de las plazas de la zona alta de la tabla cuando se sorteó el calendario.
Los chicharreros, exigidos por su pésima última racha, salieron motivados por el pinchazo del Rayo Majadahonda y buscaban una victoria con la que casi sentenciar su permanencia.
La grada olvidó el bochorno del 3-0 del Martínez Valero y apoyó a los suyos y a un Sampedro que se estrenaba en casa. Los locales comenzaron bien, mandando y teniendo las primeras ocasiones.
El Oviedo, que necesitaba imperiosamente la victoria para pelear por el ascenso, reaccionó poco a poco, pero un inocente penalti transformado por Suso lo complicó todo para los asturianos.
Con ventaja en el marcador, el Tenerife se sintió superior y mostró su mayor necesidad. Ya en la segunda parte, Carlos Ruiz hizo el 2-0 con un buen cabezazo a centro desde la izquierda.
Y entonces, con el choque medio sentenciado, los locales se durmieron. Lo agradeció el Oviedo, que se metió en el choque por una absurda mano de Alberto. El jugador del Tenerife cortó un balón parado en el área y Joselu no perdonó desde los once metros.
El 2-1 llevó los nervios a la grada y la motivación a los visitantes, que se creyeron que el empate era posible. Aunque los asturianos merodearon el área de un seguro Dani Hernández, también Champagne se vio obligado a salvar al Oviedo del tercero en los compases finales.
Finalmente, el Tenerife supo jugar mejor el otro fútbol y amarró un triunfo que deja a los chicharreros a dos puntos de certificar la salvación, casi condenando al Rayo Majadahonda. Todo lo contrario que un Oviedo que queda descolgado y pendiente de una hazaña -y de lo que hagan los demás- para llegar al 'play off'.