Primera victoria de la 'era Fran Fernández' en el Tenerife. El técnico supo anular a un Málaga plagado de fichajes y canteranos debido a las dificultades para inscribir jugadores. Su principal debilidad estuvo en el lateral zurdo, donde se estrenó Ale Benítez, y quedó expuesta en los dos goles rivales.
Y eso que, en el inicio del partido, daban buenas sensaciones. Cristian Rodríguez comandaba un ataque al que Yanis Rahmani ponía la chispa. Tuvo incluso una buena ocasión el joven Benítez que abortó Bruno Wilson para mantener vivo el plan de su entrenador.
Y este plan no era otro que proponer una posesión lenta, pesada, que amargara a los blanquiazules mientras buscaban huecos. Los encontraron en la banda derecha, la izquierda de sus rivales, en la que debutaba Benítez, que no estuvo fino y acabó sustituido por Orlando Sá en la segunda mitad.
Un balón bombeado de Javi Alonso al área le sirvió a Suso para poner de volea el 1-0 aprovechando la pasividad de la zaga. Cada llegada tinerfeña llevaba demasiado peligro del asumible por los costasoleños y esto lo evidenció Jacobo al poco de empezar la segunda parte, cuando entró por Suso, lesionado, y firmó el segundo gol con una internada en el área previo pase de Apeh que culminó en el mano a mano.
El Málaga no bajó los brazos, sino que metió una marcha más, y Tete Morente se echó el equipo a la espalda. Yanis no aparecía ya con tanta chispa y Cristian Rodríguez se esfumó, así que tuvo que ser él quien pusiera a prueba la defensa contraria con algunos disparos que atrapaba Ortolà, iban fuera o chocaban en algún zaguero.
Pero Caye Quintana y Orlando Sá no aparecían y la entrada de Issa Fomba no sirvió para prender la llama. El Tenerife se cubrió bien de las intentonas malaguistas, salió al ataque de nuevo en el tramo final y acabó firmando tres puntos vitales para competir por algo más que por la permanencia.