Tendrá que ganar el Girona en el Heliodoro, ya sea en los 90 minutos o en el tiempo de la prórroga. No habrá penaltis y no le valdrá el empate tras este 0-0 en Montilivi y la mejor posición que obtuvo el Tenerife en la fase regular, lo que además le ha otorgado el 'factor cancha'.
Y eso que el conjunto de Míchel se lo trabajó para marcharse con ventaja a tierras chicharreras, pero la fortuna le dio la espalda de cara a gol, así como el buen hacer de un Juan Soriano que ha sido de los menos goleados de esta Segunda División.
El Girona comenzó con ventaja por el espectacular recibimiento que protagonizó la hinchada franjirroja, con miles de aficionados esperando la llegada del autobús para apoyar a los suyos. No era para menos, hay una plaza en Primera División en juego tras los ascensos de Almería y Valladolid.
Ramis reforzó el centro del campo de su equipo con Aitor Sanz y Àlex Corredera, que firmaron un partido sensacional de esfuerzo físico y recorrido sobre el césped para ayudar a los defenas y, en la medida de lo posible, acompañar a un ataque, encabezado por Enric Gallego, que estuvo algo solo.
La posesión era del Girona, pero le costaba encontrar profundidad y pasillo para sus bandas. Álex Baena estuvo muy vivo para poner un peligroso centro raso en el minuto 35 y, solo cuatro después, gozó de la mejor oportunidad con un disparo algo escorado que sacó como pudo Soriano.
Stuani apenas tuvo oportunidades de aparecer en el juego del Girona, mérito del Tenerife. La segunda mitad comenzó con el ímpetu local y un juego algo más directo sobre la meta tinerfeña. Tenía centímetros de altura Míchel, pero su rival no dio ningún tipo de concesión en su área.
Arnau Martínez puso un buen servicio que a punto estuvo de aprovechar Baena lanzándose a ras de suelo. Ramis dio entrada a Elady, que nada más salir vio una amarilla, pero aportó un poco de esa mala uva que necesitaba el Tenerife para acompañar a Enric Gallego y amenazar levemente con el 0-1.
Con el paso de los minutos, el 0-0 se iba asentado más en el marcador por el miedo a un mal resultado de cara a la vuelta. La segunda pausa de hidratación y los cambios bajaron el ritmo, aunque el Girona trató de enchufarse con algunos balones parados y un disparo de falta de Aleix García que atrapó Soriano.
El empate es justo. El Girona buscó más la victoria, como era de esperar, pero el Tenerife no sufrió en exceso las acometidas locales. La hinchada isleña lo celebró con ganas, pues tienen medio pie en Primera División. El cuadro catalán aún no ha dicho su última palabra y sueña con ganar en el Heliodoro para regresar a la élite.