El Tenerife se llevó tres puntos importantísimos para pelear por la permanencia en la categoría en casa ante el Sporting. La clave estuvo en que no dejaron que los de Djukic estuvieran cómodos prácticamente en ningún tramo del partido. Estos estuvieron cerca de empatar al final.
Los de Rubén Baraja se mostraron mucho más sueltos desde el principio. Se defendían mejor y llegaban con más peligro y, como guinda, poco tardaron en adelantarse gracias a un buen testarazo de Sipcic a un saque de esquina.
Los visitantes buscaron el empate desde entonces, pero, a pesar de llegar de vez en cuando, estaban mucho más incómodos. Esto tenía su consecuencia en que la mayoría de remates -la mejor ocasión la tuvo Álvaro Vázquez- fueran forzados y acabaran fuera de la meta rival.
Los isleños aprovecharon este contexto para poner tierra de por medio. Joselu estuvo atento a un mal despeje de Babin atrás -no se sabe si quiso despejar o si quiso pasarla a su portero- para cazar la pelota, que quedó botando en la línea de la frontal, y fusilar a Mariño.
En el segundo acto, los de Djukic mejoraron y se plantaban cada vez con más peligro en el área rival. Ortolà fue el encargado de evitar que su primer disparo a puerta acabara en gol -entró por Dani Hernández, que se lesionó-. Despejó un disparo potente de Carmona.
Después de unos compases de juego soporíferos en los que los canarios dejaban pasar el tiempo, Pablo Pérez aprovechó un pase en profundidad precioso de Pedro Díaz para batir a Ortolà. Con el tanto, los sportinguistas metieron una marcha más: venían cerca el empate.
Las postrimerías del duelo fueron completamente suyas y las aprovecharon para bombardear constantemente el área rival. Saques de esquina, centros laterales y segundas jugadas que siempre conseguían ganar, pero nada sirvió para firmar el empate. Los locales aguantaron y se quedaron con los puntos.