Todo invitaba a pensar en ello, pero nadie terminaba de creérselo hasta que fue cierto. Aquel día 3 de agosto de 2017 se movieron todos los cimientos del fútbol mundial. Neymar abandonaba el Barcelona para dejar el cobijo de Messi y emprendía un ceamino en solitario a través del que esperaba ser el número uno en apenas unos años.
Por primera vez se pagaban más de 150 millones de euros por un futbolista y, evidentemente, por primera vez se derribaba la barrera de los 200 millones de gasto para fichar a un único jugador. Desde entonces, ningún club está seguro con sus cracks siempre que la cláusula ronde dichas cifras y ya se han podido ver cantidades que se acercan a los 1.000 millones, toda una utopía hace unos años.
Neymar, tras juguetear con la afición del Barcelona y llegar a bromear con su amigo Piqué y el ya famoso "se queda", dejaba el equipo azulgrana por la puerta de atrás, sin dar muchas explicaciones y, como un fugitivo más, escapaba a Francia, donde su nueva afición le recibiría como un héroe.
El resto de la historia es conocida. En el Camp Nou, los dirigentes azulgranas gastaron para encontrarle reemplazo, pero, por lo visto en la primera temporada, Dembélé, su sustituto directo, está aún bastante lejos de acercarse a lo que es el astro brasileño.
Coutinho, que llegó a la Ciudad Condal en invierno tras otro desembolso estratosférico, sí que se le acerca algo más, pero entre los dos no han logrado llenar por completo el hueco de Neymar. El Barça, eso sí, ha logrado menos rigidez en los esquemas y más profundidad de banquillo con su salida porque ha podido invertir su prohibitivo salario en más futbolistas.
Cambió al PSG
Tarde o temprano, el carácter de Neymar le iba a obligar a salir de la sombra de Messi, pero, dada la gran relación que ambos mantienen, nadie esperaba que fuera a hacerlo tan pronto.
En lo referente al equipo galo, la llegada del brasileño, acompañado por Mbappé y otras estrellas como Dani Alves, sirvió para borrar de golpe y plumazo esa alma de conjunto perdedor que se había instaurado en París durante la primera campaña de Unai Emery.
El PSG volvió a reinar en Francia y casi consigue dar un paso adelante en Europa, pero el Real Madrid y una inoportuna lesión de Neymar se cruzaron con el hasta entonces impecable camino de los galos en los octavos de final.
Tras la grave lesión y una posterior operación en su país, Neymar llegó algo justo a un Mundial en el que, cuatro años más tarde, Brasil volvió a salir por la puerta de atrás. El 2 de agosto, casi un año después de su primera llegada al PSG, Neymar se reincorporaba con sus compañeros tras sus vacaciones.
Un día después, en pleno aniversario de su fichaje, el ex del Barça ya trabaja para una nueva campaña que se presenta apasionante, ya con el duelo por ser el mejor del mundo de lo más repartido, con el brasileño en Francia, Messi en España y Cristiano Ronaldo en Italia. Precisamente el puesto que ha dejado el luso en el Real Madrid es el que todos piensan que puede ocupar en el futuro un Neymar que terminaría de convertirse en el villano más odiado por los azulgranas si acaba reforzando al eterno rival.