El Tottenham apenas suma once puntos en la Premier League y ya otea al Liverpool como inalcanzable a diez de distancia. Una situación que, pese a producirse en el arranque del curso, ha encendido todas las alarmas en Londres cuatro meses después de acariciar la gloria en el Wanda Metropolitano.
El Bayern de Múnich le arrancó el orgullo al Tottenham en su casa y ante su gente. Una caricatura que no hizo si no alimentar las críticas hacia Mauricio Pochettino, muy cuestionado por su incapacidad para enderezar el rumbo de un equipo que este verano sí se ha reforzado.
"Nadie es la misma persona tras jugar una final de la Champions. El panorama cambia, las expectativas son diferentes", repite como un mantra el técnico argentino. Un mensaje pesimista que tampoco parece ayudar para levantar el ánimo en el vestuario 'spur'.
Entretanto, 'Sky Sports' publicó que Mauricio Pochettino esperaba cambios drásticos en la plantilla y no se ha visto respaldado por el club. Más allá de la poca -y mala- participación de los fichajes, el técnico argentino ha lamentado tanto en público como en privado la difícil -y tóxica- situación de Eriksen, Alderweireld y Vertonghen para el vestuario, que acaban contrato en junio y no han resuelto su futuro.