Si el Chelsea ganaba, se aseguraba el pase a la Champions la próxima temporada. Así de fácil. Encima, se medía al Aston Villa, un rival sin nada en juego. Pero todo le salió mal al equipo de Tuchel, que se está desinflando en un final de temporada que requería todo lo contrario.
Dominó el equipo visitante en un partido en el que se le puede achacar de todo menos voluntad. Pero la fiabilidad y robustez que le llevaron a soñar con el doblete desaparecieron a la hora de la verdad. Eso unido a la falta de acierto, una vez más, acabaron con derrota, aunque dulce, ante sus vecinos.
Después de varias llegadas con peligro pero sin atino, el Aston Villa se iba a marchar al descanso con ventaja en el marcador gracias a Bertrand Traoré. En un saque de esquina, la pizarra brilló: pase raso al área y remate de primeras que, tras dar en el larguero, se coló en la potería 'blue'.
En vestuarios, los jugadores veían cómo solo les savaba, de momento, el empate que el Tottenham le estaba arrancando al Leicester. El triunfo del Liverpool obligaba al Chelsea a ganar si no quería estar pendiente de lo que pasaba en el King Power Stadium.
Para colmo, Mendy no pudo seguir por unas molestias y Kepa tuvo que enfundarse los guantes. La lesión del portero a solo seis días de la final de la Champions hace temblar a toda la afición del equipo de Stamford Bridge, aunque habrá que ver el alcance de la misma.
Con la clara intención de remontar salió en la segunda parte, aunque le llegó demasiado pronto el mazazo del 2-0. Un ligero contacto de Jorginho en el área fue castigado con un penalti que no desaprovechó El-Ghazi a los 52 minutos de juego.
El 2-0 no era la peor noticia que recibirían los de Tuchel. El Leicester se ponía de nuevo por delante y la Champions se escapaba. Es decir, todo a una carta en la final continental ante el City del próximo sábado. Por eso tocaba ir con todo a por la remontada.
La pareció iniciar Werner en el 59', pero su definición, al fin buena, quedó en nada por un fuera de juego previo. Sí que subió al marcador el tanto de Chilwell en el 70'. Su remate lo sacó Emi Martínez ya dentro de la portería y la teconología avisó al colegiado.
Con el 2-1, el asedio fue aún más notorio, pero la falta de puntería y alguna buena acción del portero argentino dejaron los deberes del Chelsea, que acabó con diez por expulsión de Azpilicueta, sin hacer. Tuvieron suerte los 'blues', ya que el Tottenham acabó remontando ante el Leicester, que le quitó al Chelsea la FA Cup recientemente, y le regalaron el cuarto pase para la Champions.