Hoy en día, todo es digital. La imagen que capturan las cámaras televisivas es digital, y como tal, se puede editar. Lo vemos durante los descansos de los partidos, con esas publicidades sobreimpresas que parecen cobrar vida sobre el terreno de juego.
Pero también se hace durante los partidos en sí. No nos referimos a los 'banners' que en alguna ocasión se asoman por la parte inferior de la imagen. No. Hablamos de las vallas publicitarias.
En vivo, en el estadio, anuncian marcas y productos. Publicidad contratada por el equipo, y que reporta beneficios económicos al equipo. Pero la imagen televisiva emite la publicidad que el operador quiere, o la que la LFP, en este caso, le pide emitir.
¿Cómo es posible? Bueno, es perfectamente posible integrar objetos en tres dimensiones en un vídeo. Lo vemos a diario en las películas. Hacerlo en directo añade dificultad al asunto, pero nada insalvable a día de hoy.
Básicamente, dicho a 'grosso modo', basta con preparar la sobreimpresión sobre las vallas publicitarias de la banda y los fondos. Son objetos geométricos muy claros y definidos, y colocar encima de ellos una imagen virtual, por mucho que la cámara se mueva o haga zoom, es posible.
¿Y qué hacemos con los jugadores? Máscaras. Si han utilizado herramientas de diseño gráfico alguna vez, como 'Photoshop' (el 'Paint' no vale, lo sentimos), quizá sepan de qué hablo.
Una máscara permite hacer transparentes ciertas zonas. Se pueden usar máscaras por formas, por colores, o de forma arbitraria. El programa informático que controla la superposición de las imágenes tiene en cuenta cuando "algo" pasa por delante de la valla, y evita que la publicidad se superponga por encima de su silueta.
Pónganlo a prueba en el próximo partido que vean en directo. Fíjense en la publicidad de las vallas cuando la imagen sea la de la cámara principal, la que está en tribuna. En una jugada como un córner puede haber un cambio por orden del realizador, un plano corto. La publicidad será otra.
No siempre es así. Las cámaras que se encuentran a pie de campo no hacen uso de esta técnica, y muchas de las que están a media altura, tampoco. La razón es simple: canta mucho. Se ve el 'truco', y queda mal.
Moraleja, no creas todo lo que veas, porque hoy en día nada es lo que parece.
Esta secuencia de imágenes revela el truco de la sobreimpresión digital: