El último Oviedo de Primera bajó pese al 'regalo' de un ex del Espanyol

17 de junio de 2001. Domingo. La Liga Española llegaba a su fin en una última jornada en la que había varios objetivos importantes en juego. Barcelona y Valencia se disputaban la última plaza de Champions, una lucha que todos recordamos por aquel golazo de chilena de Rivaldo. Pero también había una batalla agónica por la permanencia entre varios equipos implicados, con Oviedo y Zaragoza como protagonistas finales.
El conjunto 'carbayón', que este domingo disputa la vuelta de la final del 'play off' de ascenso contra el Espanyol, llegaba fuera del descenso con 41 puntos, 2 más que Osasuna y los mismos que el Zaragoza. Había más candidatos a un posible descenso, pero fueron asturianos y aragoneses los que acabaron ocupando la última plaza de la zona roja y la primera de la liberación, respectivamente.
El Oviedo visitaba al Mallorca, sorprendente tercer clasificado que llegó incluso con opciones de ser subcampeón a esta última fecha. Una victoria visitante dejaba a los ovetenses en Primera un año más. En caso de perder o empatar, tocaba mirar a otros campos. Y a la misma hora, parecía que esa 'ayudita' empezaba a llegar pronto desde La Romareda. Juan Esnáider, que jugaría años más tarde, precisamente, en el Espanyol, vio la roja a los 16 minutos de partido, lo que aumentaba, y mucho, las opciones de derrota de los maños ante el Celta.
Sin embargo, los aragoneses se sobrepusieron a tal contratiempo y consiguieron sacar un punto al igualar (1-1) contra los vigueses. Con la derrota, algo presumible tras la tempranera expulsión, al Oviedo le bastaba con empatar. Con la 'X' final, necesitaba la victoria para salvarse. Pero acabó cayendo por 4-2 con goles de Engonga, Eto'o, Ibagaza y Novo, por parte local, y Oli e Iván Ania, por los asturianos, lo que acabó consumando el descenso a Segunda de los 'carbayones'.
Curiosamente, maños y gallegos se volvieron a ver las caras solo 2 semanas más tarde en la final de la Copa del Rey. El Zaragoza ganó por 1-3 y, además de llevarse el título, logró la clasificación para la Copa de la UEFA en una temporada en la que estuvo a punto de perder la categoría.