Celebra el Barcelona los tres puntos, no puede festejar ni mucho menos el juego, digno cuando estuvo Messi sobre el césped, ramplón cuando Leo se quedó en los vestuarios por las molestias que padeció en su muslo izquierdo. El Villarreal apenas olió la pelota durante los 30 primeros minutos, pero con el paso de los minutos metió en apuros a un Barça que, en palabras de Antoine Griezmann nada más acabar la contienda, se encuentra lejos de su mejor versión.
El equipo azulgrana fue languideciendo poco a poco y sólo la entrada de Ansu Fati logró reactivar la sensación de peligro, que durante la segunda parte fue prácticamente propiedad exclusiva del Villarreal. El conjunto de Calleja hizo acto de presencia a partir de los dolores de Messi. Sin demasiadas ocasiones pero sí con su fútbol profundo y vigoroso hizo sudar a un Barcelona que al menos cuenta todos sus partidos en el Camp Nou por victoria. Compensa así su ineficacia a domicilio.
Otra vez fue Ansu Fati el que arrancó aplauso en su grada. Nada más salir, en un lapso de ni cinco minutos, se fabricó dos ocasiones (la primera anulada por fuera de juego) y provocó las protestas por un posible penalti tras contacto con Peña, finalmente no pitado. Tiene algo diferente el adolescente Fati, que juega con una sonrisa en la boca, todo lo contrario que el hermético Dembélé, cuyo rostro no deja adivinar el rico mundo interior que seguramente dispone dentro de sí. Tras un mes en el dique seco se vio obligado a salir por Messi. Evidenció su inactividad, aunque regaló un gol a su amigo 'Grizzi' que este no convirtió.
El Barcelona ya ganaba por 2-0 al cuarto de hora. Primero, Messi sacó un córner y encontró oro en el flequillo rubio de Griezmann; después, Arthur se cascó un zapatazo ante el que Asenjo no hizo ni ademán de movimiento. Buenos minutos de fútbol el que desplegó durante ese rato el conjunto de Valverde, haciendo del Villarreal un mero espectador. Ontiveros provocó un córner y poco más. Messi buscó con ahínco a Griezmann, que intentó corresponderle y lo consiguió. Algo que no logró Suárez, que hasta recibió murmullos al ser sustituido por Ansu.
El Villarreal creció, el Barça sudó
En cuanto Messi se echó al suelo para recibir los cuidados de los doctores, el Villarreal soltó al búfalo que tiene en Samu Chukwueze, quien empezó a generar los primeros terrores entre Piqué y Lenglet. Cada metro resultó un triunfo para la escuadra amarilla, sin incidencia alguna en los primeros compases.
Mientras el Barça miraba a su nuevo 'The Best', el Villarreal empezó a encontrar a Cazorla en tres cuartos. Al filo del descanso, en uno de sus balones a la espada de Busquets, el asturiano soltó un latigazo de zurda y recortó distancias. No saltó bien Ter Stegen, que en la segunda parte se atrevió con un par de salidas alejadas de la sobriedad que acostumbra.
En la segunda mitad, cada acercamiento del Villarreal acababa en suspiros 'culés', agobiada la defensa por la separación cada vez más evidente con el resto de equipo. Ya sin Messi, De Jong ayudó a arreglar algo el descontrol. Y exclusivamente durante el rato que corrió Ansu Fati por el campo se permitió el Barça disfrutar. Es el único que se divierte en un equipo al que se le corta la respiración cuando ve dolorido a Messi. Sólo Ansu Fati se carcajea en este Barça que no está para bromas.