En aquella ocasión, el conjunto valencianista perdía al descanso por 2-0 en Montjüic ante el Espanyol y ganó por 2-3 en la reanudación con dos tantos de Rufete y uno de Adrian Ilie.
Aquella victoria supuso un cambio en la dinámica para el equipo, garantizó la continuidad de Rafa Benítez en el banquillo y encauzó el camino hacia el título de Liga de aquella temporada.