No quedaba ni rastro de la nieve con la que amaneció en Bilbao. San Mamés caldeó una fría noche de miércoles fría en el norte de la península en la que la guerra no tardó ni 60 segundos en comenzar.
Marcado por un inicio muy bronco, con interrupciones continuas y luchas aéreas demasiado duras, el Athletic puso cabeza y fue el primero en bajar revoluciones. Una marcha menos, toques con más calma y de ahí en línea recta hacia el dominio del partido.
Neto se dejó ver en el primer tramo con una gran mano a Mikel San José que envalentonó a todo el cuadro vasco. Cuando los 'leones' salen de su jaula, no hay nada que los pare, ni siquiera un gol en contra.
Kondogbia, con un gran remate desde la frontal del área cerca de la media hora, desequilibró la igualdad inicial para mala fortuna de un Athletic que prácticamente era la primera ocasión que cedió. Pero siguieron luchando, aunque la suerte no les sonrió.
Algo es algo
No era día de victoria en San Mamés, aunque, durante casi todo el encuentro, la merecieran. La parroquia bilbaina empezó a dudar sobre el devenir del encuentro cuando Neto calmó al insaciable Aduriz parándole un penalti poco antes del descanso.
Pero poco después del paso por vestuarios, De Marcos, gracias a un remate precioso con su pierna zurda, colocó unas tablas que acabaron siendo definitivas. Se buscó frescura a partir de la hora de partido, pero ni Guedes, ni Carlos Soler, que sustituyó a un Zaza bastante desaparecido, fueron suficientes en el Valencia. Tampoco Iñaki Williams en el Athletic.
Reparto de puntos que los 'che' podrían considerar como un poco más de media victoria pese a que no le haya servido para adelantar al Madrid en la tabla, que le saca sólamente un punto. Por su parte, el Athletic se quedó sin su segunda victoria consecutiva y ve cada vez más lejos el acceso a Europa.