Este año parece que al Valladolid le ha mirado un tuerto, al menos en lo que a la defensa se refiere. Entre lesiones, bajas por coronavirus y sanciones, Sergio apenas ha podido repetir en toda la temporada pareja de centrales.
La pasada temporada el Real Valladolid acabó con 43 goles en contra. Solo seis equipos encajaron menos que los blanquivioletas. Fue la culminación de un estilo de juego.
Y este curso Sergio pretendía mantener esa solidez defensiva, pero la marcha de Salisu y la lesión de Kiko Olivas han trastornado sus planes. Le ha tocado improvisar durante toda la primera vuelta su línea defensiva.
Apostó por la dupla Joaquín-Javi Sánchez, pero no ha podido darle continuidad. Las lesiones de uno y otro obligaron a recurrir a los actores secundarios, como Bruno y El Yamiq.
Prueba de que no las tiene todas consigo Sergio es que las lesiones y el virus tampoco han respetado a estos. Como resultado, ante el Elche tuvo que jugar con Joaquín, quien recordemos que es un mediocentro reconvertido a central por necesidad, y con Rubén Alcaraz, quien se estrenó en esa demarcación.
El resultado salta a la vista. El Valladolid ha ganado algo de pegada, pero se ha convertido en un equipo frágil como pocos en defensa. Solo hay cuatro equipos que hayan encajado más goles que los blanquivioletas esta temporada.