El Real Madrid baila samba en el vestuario. Los jugadores brasileños han cogido el timón del equipo en las últimas semanas y se han convertido en jugadores importantes en el esquema de Ancelotti.
Vinicius es uno de esos jugadores que apetece ver jugar. El brasileño, en un fútbol de toque, control y defensa, es la nota discordante y alegre que opta por las filigranas, los regates y el juego vertical.
La lesión de Benzema en el último compromiso ha hecho, además, que Vinicius sea la gran referencia en el ataque blanco, el jugador por el que han de pasar todos los balones.
Pero un ataque no es nada sin su defensa. Ahí aparece la figura de Éder Militao. Las marchas de Sergio Ramos y Raphaël Varane hacían preveer un hueco difícil de rellenar, pero ahí apareció el brasileño.
Militao, junto a David Alaba, se ha convertido en el capitán general de la defensa del conjunto blanco, más aún cuando han aparecido las lesiones principalmente en las alas.
A ellos se le unen un Rodrygo que, cada vez que sale, tiene oportunidades desde la banda derecha del ataque del cuadro dirigido por Carlo Ancelotti.