Que Maradona vive el fútbol de una manera muy apasionada es por todos conocido. Que tiene problemas para controlar esa euforia, también. Quedó claro una vez más, en esta ocasión tras el partido contra Juárez.
Dorados de Sinaloa se impuso por 2-0 en el choque de ida, con lo cual la gran final por el ascenso a la élite mexicana está bien cerca. Por ello, se marcó una buena celebración con bailes incluidos.
Sin embargo, cuando llegó el tiempo de comentar ante los medios sus sensaciones, se vio su peor versión. Ni siquiera podía responder de manera clara a la cuestión que le trasladaba al entrevistador.
Tras varios segundos con la boca abierta incapaz de crear la primera frase, cuando habla es prácticamente imposible entenderle.
Otro ejemplo lamentable de un tipo que en su vuelta a la escena pública sigue recordando los problemas para mantenerse sobrio, incluso durante los encuentros.
22 de noviembre de 2018