El Villarreal hizo los deberes contra el Mallorca en la jornada 22 de Liga. Era favorito para vencer y lo hizo con merecimiento esbozando una clara superioridad delante de sus aficionados. Unai Emery tuvo que experimentar un poco con su esquema por la ausencia de última hora de Gerard Moreno y le salió bien situar a Alberto Moreno, defensa, como delantero centro cerca de Manu Trigueros, otro efectivo que tuvo que readaptar su demarcación.
El '18', situado habitualmente bastante más atrás en el terreno de juego, lideró territorialmente un esquema basado en la presión alta que puso en jaque a los bermellones de principio a fin. El elenco de Luis García jamás estuvo cómodo y su propia manera de interpretar la misma idea de presión alta nunca fue tan efectiva como la rival.
Menos por un par de intentonas de peligro cuando el marcador ya concedía la victoria a los 'groguets', los isleños apenas le dieron trabajo a Gerónimo Rulli. La ocasión más clara, un remate a bocajarro de Fer Niño en una de las pocas desconexiones defensivas que se le pueden achacar al conjunto local.
En el Villarreal, por contra, todo funcionó como debía funcionar y la sensación desde los compases iniciales era de superioridad clara. Además, de superioridad que se traducía en goles, un aspecto que no es extraño que falte en este tipo de contextos de partido. Dos goles dieron buena cuenta del trabajo amarillo aunque estuviera ausente su gran 'killer', Gerard Moreno.
El primero nació de un error del Mallorca. Más en concreto, de Franco Russo. Alfonso Pedraza, que hizo suyo el carril zurdo, dibujaba una de sus muchas arrancadas hacia línea de fondo en el minuto 12 cuando sirvió un centro templado que el zaguero despejó mal con la rodilla y mandó al fondo de su propia portería. Leo Román no pudo hacer nada para evitarlo.
No mucho más tarde, en el 34', los isleños pagaron no darle solución a aquello de que Pedraza hiciera lo que deseara por su banda y a Manu Trigueros le llegó un balón raso del '24' que remató de primeras para el 2-0. De ahí en adelante, utilizando la ventaja como colchón, los 'groguets' dominaron de manera pausada, aunque cedieron ciertos espacios en las postrimerías del envite.
De este periodo del enfrentamiento nacieron otras intentonas notables del Mallorca, como un mano a mano de Ángel, que había entrado desde el banquillo, ante Gerónimo Rulli que salvó un defensa cuando el delantero ya había superado al cancerbero con un tiro raso. Al final, a los de Luis García no les sonrió ni la suerte ni la efectividad.
Para más inri, Franco Russo escarbó otra muesca de una mala actuación por su parte cometiendo penalti sobre Jackson, que había sustituido a Yéremy porque este se había lesionado, en el minuto 86. El colegiado, Ortiz Arias, hubo de acudir al VAR para confirmarlo, pero señaló el punto fatídico y Parejo se encargó del 3-0, la sentencia de un duelo gobernado por los de Emery.