Las cosas del fútbol. Cuando parecía que estaba mejor el Nàstic de Tarragona y peor el Villarreal B, los amarillos abordaron el Nou Estadi para romper una sequía que mantenía a los castellonenses sin conocer el triunfo desde el 13 de octubre, cuando se impusieron a domicilio en el feudo del Cornellà.
Una circunstancia cuya 'cara B' es la vuelta a la realidad de los granas, que desde desembarcó Seligrat no sabían lo que era perder. Los tarraconenses, no en vano, venían de sumar dos triunfos consecutivos en casa ante el Ejea y a domicilio frente a El Prat.
El partido estuvo marcado por la tempranera roja a Bonilla tras una durísima entrada sobre Baena a los 18 minutos de partido, expulsión que obligó al míster del cuadro catalán a mover ficha antes de la media hora. La decisión fue darle entrada a Valentín en sustitución de Pereira (25').
De poco o nada le iba servir al técnico grana, que sólo siete minutos más tarde vería como Diego enchufaba un latigazo imparable que se convertía en el único tanto del encuentro. Poco o nada dio de sí el resto de la primera mitad.
En la segunda parte el Nàstic lo siguió intentando con todo. Nada más reanudarse el choque, la grada del feudo tarraconense se quedó con la miel en los labios tras un disparo de primera de Valentín que se marchó desviado por poco. Miguel Álvarez dio entrada a Lozano por Baena en el 60', al tiempo que Bernabé rectificaba una mala salida tras disparo desde la frontal.
La última la tuvo Ballesteros con el tiempo cumplido tras un gran centro de Habran que no supo conectar. El filial amarillo se escapa y coge oxígeno, mientras que los catalanes podrían acabar la jornada en puestos de 'play off' de permanencia.