Villarreal y Atlético de Madrid empataron a cero en el encuentro inaugural de la decimosexta jornada de LaLiga. A pesar del resultado, fue un duelo intenso, con muchas ocasiones de gol y, por supuesto, con polémica.
Los de Javier Calleja creen que el arbitraje de Alejandro Hernández Hernández les perjudicó, aunque todas las jugadas que suscitaron controversia fueron revisadas, cómo no, por el VAR.
En la recta final del primer tiempo, los amarillos reclamaron la segunda amarilla para Álvaro Morata, que derribó a Vicente Iborra y pudo haber dejado a su equipo con diez durante toda la segunda mitad, aunque el colegiado no lo consideró así.
También al borde del descanso, Santiago Arias cometió, según el Villarreal, una infracción dentro del área de Jan Oblak y, en la siguiente jugada, los de La Cerámica volvieron a pedir penalti tras un barullo.
El VAR revisó todas las jugadas y, con los futbolistas esperando el desenlace, el trencilla decidió señalar el final de la primera mitad y mostró a los jugadores el camino hacia los vestuarios.