El Villarreal hizo los deberes pronto y supo defender con agallas el resultado para sumar tres puntos vitales en su lucha por la salvación. De paso, los amarillos metieron en un problema al Girona, que queda a tres puntos del descenso y tendrá que visitar a Celta y Valladolid en las dos próximas jornadas.
El choque se presentaba cardiaco para los visitantes. Con el tropiezo del Valladolid en casa ante el Getafe, después del empate azulón en el 95', la ocasión era perfecta para que el 'submarino amarillo' abandonase los puestos de descenso a Segunda.
Calleja y los suyos lo sabían y por eso su inicio fue eléctrico. Como si no hubieran disputado partido entre semana, los castellonenses estuvieron más incisivos y frescos de salida y enseguida Samu puso a prueba a un seguro Bono.
Aunque el Girona tenía la posesión, era el Villarreal el que disponía de las más claras y en otro contragolpe vertiginoso no iba a perdonar. Recibió con metros de nuevo Samu de Fornals y no perdonó en el mano a mano con el marroquí.
El tanto espoleó al Girona, que llegaría a empatar por mediación de Stuani, aunque el VAR anularía el gol por cuestión de centímetros. Pero el Villarreal empezó a tomar cuerpo con el paso de los minutos y acabó la primera parte bien, con llegadas y de nuevo exigiendo a Bono.
Tras el paso por las duchas, los de Eusebio saldrían con ganas de equilibrar el encuentro, pero de nuevo el Villarreal estuvo mucho más conectado al choque. No ayudó el técnico vallisoletano retirando al explosivo Roberts y la grada se lo hizo saber.
También lo notó el equipo, que perdió la chispa y sólo creó ocasiones claras con cuentagotas. La tuvo Borja García, que se encontró con Sergio Asenjo, pero también el Villarreal, en sendas contras de Bacca y Fornals.
Los últimos instantes, con muchísimo tiempo perdido y siete de añadido, volvieron a dejar la mejor versión del guardameta palentino, que salvó un cabezazo de Doumbia en área pequeña en pleno minuto 93.
La incapacidad de ganar en casa mete en un problema al Girona, que para colmo tiene un calendario complicadísimo hasta el final de Liga. Todo lo contrario que un Villarreal que toma aire y además recibirá a un Leganés con poco en juego la próxima jornada.