El Villarreal sembró en la primera parte. Y mucho. Pero a las semillas hubo un ladrón que les robaba el agua, la tierra y el cariño que los distintos jardineros amarillos intentaban poner en el tiesto de Balaídos.
Los de Calleja merecieron más en los primeros 45 minutos. Pero Rubén, portero local, estuvo excelso ante las ocasiones de Cazorla, Iborra, Alcácer y Gerard Moreno.
Cazorla tuvo la primera clara al cuarto de hora. Su disparo, duro y seco, lo atrapó el meta del Celta, que respondió de forma aún más estética y eficaz ante Iborra. El disparo del centrocampista en el área se encontró la gran estirada del acertado arquero.
Controlaba el Villarreal un partido animado. El Celta, entre tanto, se acercaba en contadas ocasiones, aunque Asenjo no tuvo que ensuciar sus guantes. Un centro envenenado y un disparo de Hernández, una de las novedades, fue todo el bagaje.
Antes de la media hora, Rubén cerró a la perfección un mano a mano con Alcácer que acabó salvando un defensa que apareció de forma milagrosa. Y de nuevo Iborra, con un remate, rondó el tanto. Pero la mejor acción del guardameta fue ante Gerard Moreno.
En el mejor momento de los amarillos, el delantero remató al lugar donde recomiendan los expertos. Abajo y pegado al palo. Pero allí estaba Rubén para volar y sacar una mano que quedó deslucida por un fuera de juego que, en caso de gol, el VAR habría corregido por medio del colegiado.
Justo después, Rafinha rozó el tanto con un zurdazo cerca del palo que sirvió de aperitivo del pitido final de la primera mitad. Merecía algún gol el marcador y muchos esperaban que estos cayeran tras el descanso. Pero lo que decayó fue el ritmo.
Menos méritos pero un fruto tardío
Poco que contar el segundo capítulo de este partido. Si acaso, el carrusel de cambios, el enfado de Rafinha al dejar su lugar al polémico Sisto y la salida muy pronto de Gerard y Cazorla en el Villarreal.
Avanzaba el encuentro y las ideas y ganas desaparecían del césped. Ante este panorama, solo un buen eslalon de Chukwueze con mal definición en el 65' y un intento de Bacca que se quedó a centímetros de las redes se salvaron de la tónica gris general.
Pero el fruto de aquello que sembraron los amarillos llegó a tiempo. Rubén volvió a aparecer en el añadido para quedarse a nada de ser el héroe. Frenó a Bacca en el mano a mano y repelió el posterior intento de Chukwueze. Pero dos paradas seguidas no fueron suficientes para frenar el tanto de Trigueros, que recogió el tercer rechace en el área y, tras tocar su disparo en un defensa, firmó el gol.
Justo premio el que se lleva un Villarreal que se reengancha a la lucha por Europa. Por su parte, el Celta deberá seguir remando para ahuyentar un descenso que le podría engullir dependiendo del resto de la jornada.