Adelantamiento a medio gas, pero adelantamiento sólido del Villarreal para convertirse en el líder del Grupo F de la Champions League. El conjunto de Unai Emery derrotó por 2-0 al Young Boys en un partido en el que tiró más de la diferencia de calidad entre una y otra plantilla que de desgañitarse en el campo.
De principio a fin y aunque el triunfo sea totalmente justo, dio la sensación de que los 'groguets' no estaban dando el 100%. Los suizos conseguían encontrar sus espacios para hacer daño y, sobre todo en un principio, no sufrían en exceso atrás. Se apoyaban en las internadas de un gran Elia al que no tardaron los defensas en coger la matrícula.
Lo curioso era que esta sensación de que los locales estaban descafeinados se esfumaba en cuanto hundían el pie en el acelerador. Quizá no atosigaron tanto a los de David Wagner como podrían haber hecho porque querían imponer un gobierno sosegado del encuentro o quizás el planteamiento contrario fue bueno y anuló un poco sus virtudes, pero el caso es que, sin brillo a raudales, los tres puntos llegaron igualmente al casillero.
Mientras el equipo seguía resintiéndose de llegada y llegada del Young Boys, que enmudecía un poco a La Cerámica cuando mejor se mostraba porque estaba dejando claro que había viajado a España para pelear por la victoria, Capue abrió la lata. Lo hizo merced a un doble remate en el área de Faivre rebasada la primera mitad.
El tanto fue importante a nivel explicativo también porque subrayó varios porqués de que el Villarreal, cuando apretaba, ponía tanto en apuros a su rival. La diferencia de calidad entre plantillas no estuvo solo en el pase o en el regate. También en materia defensiva, donde los visitantes expusieron más carencias.
De ahí que Capoue pudiera rematar dos veces seguidas en la caja antes de mandar el cuero al fondo de las mallas. Su diana garantizó más calma para los suyos, que, si ya estaban contemporizando cuando el luminoso aún no había acogido tantos, lo hicieron aún más utilizando su ventaja como gran apoyo.
No por ello dejó el Young Boys de insistir en su plan ante la tranquilidad local y encontró su premio en el segundo acto, cuando Fassnacht, que ya había tenido algunas, batió en una jugada a balón parado a Rulli. Al final, el colegiado anuló la acción por fuera de juego posicional de Bürgy, que, adelantado, estaba estorbando al cancerbero.
La estrategia es otro apartado en el que el Villarreal fue superior. No solo cuando pistaba el acelerador, sino también cuando disponía de faltas cercanas al área o saques de esquina, los suizos sufrían defendiendo en primera y en segunda instancia. En todo caso, en aquel gol de Fassnacht, fue el VAR el que dio otra vida -otra vida justa porque sí, era fuera de juego- a los 'groguets'.
El 1-1 era un escenario que el equipo no parecía plantearse, así que actuó como si hubiera sido concedido y aceleró para finiquitar el triunfo. La última media hora de partido sí que atestiguó a un conjunto de Emery más osado que sentenció en una mala salida de balón contraria. Capoue robó, Danjuma firmó el 2-0 y La Cerámica celebró porque lidera el Grupo F.