West Ham y West Bromwich se vieron las caras el pasado 2 de enero en el Olímpico de Londres. Un partido como otro cualquiera que, sin embargo, dejó una imagen deplorable.
En un lance del partido, el jugador del WBA Jake Livermore increpó a un hincha en la grada. Nadie supo por qué y su actitud fue muy recriminada, hasta que se conocieron los verdaderos motivos. Al parecer, un hincha local provocó al centrocampista de Enfield con insultos sobre la muerte de su hijo pequeño, tal y como reveló en los días posteriores el propio club.
"Jake fue sujeto de abuso general por parte de aficionados a los que él no hizo caso", informaron los 'baggies' en un comunicado. "Sin embargo, admite que fue a increpar a un espectador que hizo un comentario sobre la muerte de su hijo pequeño", relataba el escrito.
Tras el incidente, el West Ham también decidió tomar cartas en el asunto. Para ello, llevó a cabo una investigación, donde los testimonios de varios aficionados ubicados en la zona cercana al incidente fueron vitales para resolver el caso.
"No se tolerarán conductas que inciten a la violencia o abusivas en el estadio de Londres", informó el West Ham. Asimismo, el club instó a sus hinchas a denunciar futuro casos similares al de Livermore.