El Racing no levanta la cabeza ni cuando consigue despertar. Ante el Zaragoza, que estuvo irreconocible, firmó un empate que supo a poquísimo después de una trabajada actuación. El motivo de su castigo fueron los errores cometidos atrás: los maños los aprovecharon todos y se hicieron con un punto.
La propuesta cántabra fue más ofensiva de lo que se esperaba ante un favorito. Ello sirvió para sorprender y mantener las tornas igualadas. Los maños rechazaban renunciar a ser los protagonistas y entraban en el cuerpo a cuerpo para dilucidar quién dominaba la bola.
Se estaban llevando el gato al agua de hecho. Sus llegadas, más o menos las mismas en número que las de los locales, tenían mucho más peligro. Poco a poco, los santanderinos mejoraron su juego, pero no fueron más incisivos. El resultado fue que los visitantes dieron un paso atrás.
Brilló El Yamiq en estos compases. El zaguero, tirando de poderío físico, zancada y acierto, fue de los que más balones abortó y de los que mejor salida de balón proponía. Esto, acompasado con una zaga que hacía de tapón ante todos los chuts contrarios, mantenía el 0-0.
En la segunda parte, el Racing lo hizo de 10: resolvió el problema que le faltaba, la incapacidad para plantarse ante Álvarez, y siguió anulando al Zaragoza. El resultado fue el gol de Cejudo tras una gran jugada de Nando en banda. Le puso un pase raso lateral y su compañero firmó el primer tanto.
Todo parecía sonreírles, pero apareció Guti para aguarles la fiesta. Controló un rechace en la frontal rival y, sin dejar que la pelota cayera, la voleó al fondo de las mallas de Luca. Este no pudo reaccionar para evitarlo, pues el esférico se coló entre dos defensas y le fastidió la visión.
La diana dio el pistoletazo de salida a un tramo de mayor igualdad. La diferencia -y el desequilibrio en la balanza- la marcó un pase filtrado a David Rodríguez. El delantero recibió, esquivó a Álvarez, el portero le hizo penalti y él mismo se encargó de transformarlo en el 2-1 engañando al cancerbero.
Todo iba bien para los cántabros cuando tuvieron lugar dos minutos de tragedia. Expulsaron a Abraham por doble amarilla por una zancadilla y, en la falta, Álex Blanco marcó de cabeza con un gran testarazo. Quedó sin premio el Racing tras un gran partido y el Zaragoza sumó tras una actuación pobre.