El Zaragoza se impulsa desde el barro

Era una cita vital, un encuentro que podía definir el futuro inmediato de ambos clubes. Tanto Nàstic como Zaragoza, que empezaron la temporada con muy distintos objetivos, luchaban en la noche de este lunes por salir del fango del descenso.

Y parecía, de inicio, que el Nàstic tenía las ideas más claras. Las intenciones marcaron un arranque de partido que lo tuvo todo. Por lo pronto, Fali adelantó a los suyos tras el saque de esquina botado a la perfección por Javi Márquez.

Y es que la sensación que da el conjunto grana es que solo crea verdadero peligro a balón parado. A los cuatro minutos tuvo lugar la jugada más curiosa del encuentro, cuando Luis Suárez se internó en el área y casi se cruza con un recogepelotas que acababa de entrar.

Los primeros minutos estuvieron marcados por la intensidad de los locales, ya que el Zaragoza no sabía por dónde le venían los ataques. No obstante, ponerse con el marcador en contra pudo venirle hasta bien para reaccionar.

El Nàstic cedió mucho terreno, algo que benefició a los zaragozanos para cercar el área rival. En una jugada similar desde la esquina, Javi Ros ponía un centro muy cerrado que acababa desviando a su propia portería Djetei.

Tras el paso por vestuarios solo había un equipo en el campo. El conjunto aragonés sabía que era su momento de ganar ocho jornadas después y aprovechó sus opciones, aunque tardó en hacerlo.

La magia de Biel abrió paso

Y una jugada fue clave para el triunfo. David Rocha frenó a Marc Gual en la frontal y fue Pep Biel el encargado de transformar ese balón parado de manera magistral. El duelo se ponía muy de cara para los visitantes.

Ni el carrusel de cambios sirvió a Enrique Martín, que veía cómo moría el encuentro. Tras un error garrafal de Javi Jiménez en la cesión atrás, Álvaro Vázquez, que fue ovacionado al entrar, puso la puntilla a su ex equipo. El Zaragoza sale del 'farolillo rojo' a costa de un Nàstic que sigue siendo colista una semana más.