Unai Emery tuvo la última palabra. Según el diario inglés 'Mirror', el técnico vasco decidió mandarles a casa antes del partido contra el Lyon.
A su juicio, no estaban mentalmente preparados para disputar el encuentro, por culpa del intento de atraco sufrido esa misma semana, y que la decidida intervención de Kolasinac evitó.
Aunque el incidente se saldó sin que ninguno de los dos fuese herido, pese a que los atracadores blandían unos cuchillos de imponentes dimensiones, Emery consideró que lo mejor para ellos era descansar, desconectar y evitar la tensión de un partido, aunque fuera un amistoso.