El Martínez Valero acogió un encuentro importante para dirimir quién se alzaba como el equipo revelación en este primer tercio del campeonato en Primera División. Con una parte para cada uno, el partido estuvo siempre equilibrado, aunque con acciones y momentos en los que parecía romperse. El Elche se adelantó en el primer tiempo y el Cádiz igualó en el segundo.
Hubo un momento clave durante los 90 minutos, la expulsión de Lucas Boyé, que fue héroe y villano en pocos minutos. En el 38', el delantero del Elche adelantó a los de Almirón con un disparo cruzado desde la frontal. Imparable para Ledesma, que anteriormente protagonizó un error garrafal con manos de mantequilla que a punto estuvo de convertirse en el 1-0.
Sin embargo, Boyé, que vio la primera amarilla en el minuto 12, se equivocó en el tiempo de añadido antes del descanso al meter el brazo en una pugna con Fali. Vio la segunda cartulina, se fue expulsado y fue clave en el devenir del encuentro por eso mismo. El Cádiz aprovechó esa superioridad numérica para tener controlado el segundo periodo.
Hasta el intermedio, la posesión fue para el Elche. Aunque los dos equipos reflejaron su buen hacer defensivo cuando tocó. Almirón y Cervera son técnicos con planteamientos similares y no pudieron sobrepasar al rival. El conjunto franjiverde salió con su habitual defensa de tres y la novedad de Guido Carrillo al lado de Lucas Boyé. El Cádiz, con el ilicitano Álvaro Giménez de inicio.
Tras el 1-0 del Elche, a los dos minutos, un pequeño empujón sobre Jonsson pudo acabar en penalti. Pero corrigió Del Cerro Grande, merced al aviso del VAR. Y solo diez minutos tras el inicio del segundo tiempo tardó el Cádiz en igualar la contienda. Centró Perea, que sustituyó en el minuto 20 al lesionado Jairo, y cabezazo de Álvaro Giménez al fondo de las mallas.
A partir de entonces, el partido cambió: el Elche salió con cuentagotas y Cervera metió mordiente en el campo para embotellar a su rival. Entre esos cambios, Bobby Adekanye fue clave con su velocidad y desparpajo para poner los últimos balones al área. Fidel salió al campo y a punto estuvo de sorprender a Ledesma en una falta desde la frontal.
En el tramo final del encuentro, gol anulado a Álvaro Giménez por un brazo que estaba totalmente pegado al cuerpo. Con la ley bajo el brazo, decisión correcta, pero deja dudas esa norma, ya que el delantero cadista poco podía hacer ahí. En el tiempo de prolongación, un disparo de Perea casi se convierte en la remontada. Finalmente, 1-1 y a seguir revelándose en Primera.