El Mallorca empezó a escribir la historia de un milagro con el triunfo frente al Levante. Una victoria para creer que hacía pensar en que el ansiado sueño de la salvación no era tan complicado. Pero el Pizjuán se convirtió en aduana para el equipo balear, que se vio castigado ante un gran Sevilla que escribe también su propia historia, pero en este caso para volver a la Liga de Campeones.
Con solo un cambio en el once, el Mallorca notó la falta de frescura y prácticamente quedó a merced de un Sevilla que se fue engrasando con el paso de los minutos. No fue la mejor primera parte de los de Lopetegui, pero esta vez les sonrió la 'fortuna' del VAR.
Un balón colgado al área, tras el posterior remate de Reguilón, pegó en la mano de Pozo. El canterano sevillista, ahora en el Mallorca, no se lo podía creer cuando Cordero Vega, árbitro del encuentro, señaló la pena máxima a favor del equipo local tras verlo repetido en el monitor. Una de esas acciones que darán que hablar durante los próximos días. Ocampos no perdonó desde los once metros.
Entre el enfado y el desconcierto, el Mallorca llegó al descanso con la necesidad de darle la vuelta al marcador. Un planteamiento que entendió Vicente Moreno. El conjunto visitante dio un paso adelante en la presión y llegó a incomodar durante varios minutos al Sevilla, que encontró la fórmula para superarla conforme iban pasando los minutos.
El Mallorca le puso ganas y mucha garra, pero no encontró el fútbol que necesitaba. Un fútbol que sí ha demostrado el Sevilla a lo largo de la temporada. Entendió el partido también Lopetegui, que dio de nuevo la oportunidad a un En-Nesyri que fue un incordio con tantos espacios.
Ni siquiera las modificaciones ofensivas de Vicente Moreno, que se encomendó a los arreones de Lago Junior, sirvieron para que el cuadro visitante pudiese empatar y soñar con el triunfo.
Menos aún tras el último azote de En-Nesyri. Bono, con un saque espectacular, hizo de Banega y con un gran golpeo encontró desde su área al ex delantero del Leganés, que hizo lo que mejor se le da. Atacó la espalda de la defensa mallorquina y castigó los errores. Así encontró el 2-0 tras batir con una excelsa vaselina a Reina.
Con el segundo tanto en contra, el Mallorca se vino abajo y no volvió a poner en peligro casi a Bono en el resto del encuentro. En un partido de necesidad para ambos, los nervios y la desesperación pudieron con el Mallorca, mientras que el Sevilla, sin ser el Sevilla que tiene casi en su mano la plaza de Champions, con muy poco logró dejar a punto de caramelo el objetivo.
Un escenario muy distinto se le queda al cuadro balear, que observará el partido del Alavés para saber hasta qué punto sería un milagro pensar en la salvación en las dos jornadas que restan.