De título en título y tiro porque me toca. Fueron dos Libertadores consecutivas y ahora, una Recopa Sudamericana. Palmerias logró desquitarse de la debacle de 2021, cuando perdió ante Defensa y Justicia. Esta vez no hubo sorpresas y el 'Verdao', al empatar 2-2 en la ida y vencer este miércoles a Athletico Paranaense (2-0), sumó un nuevo trofeo a unas vitrinas que bien merecen un guarda de seguridad.
Reconocimientos y aplausos a Abel Ferreira, que ha creado una bestia hecha para ganar. El portugués, como cuando Tony Stark originó, poco a poco, su armadura irrompible y se convirtió en Iron Man, ha sabido juntar las piezas sobre el verde para conjugar el verbo ganar, ganar y ganar.
No solo es el triunfo, sino el cómo. Palmeiras dio la sensación de tener, en todo momento, el partido controlado, pese a que el 0-0 mandaba el choque a penaltis de manera directa. Ni prórrogas ni valor doble de goles fuera de casa. O victoria o los once metros dictaban sentencia. No lo permitió la escuadra verde.
Athletico Paranaense saltó al verde del Allianz Parque de Sao Paulo con el plan más que aprendido. Mantuvo su solidez atrás, sustentada en sus dos torres centrales, Heleno y Henrique, para aguantar las embestidas de un equipo al más puro estilo Premier League. Palmeiras centró y centró, llegó a tener once saques de esquinas durante el choque, en busca del remate y de la segunda jugada, pero no logró hacer daño a un rival que estaba 'cómodo' en esta inferioridad.
Si fuese esto boxeo...
A los puntos, el 'Verdao' goleó en el primer acto. Dominó la pelota y las llegadas más peligrosas, pero no los disparos a puerta, apenas inexistentes en los primeros 45 minutos. Salieron a relucir los 'cracks' como Dudu, Rony o Veiga, aunque faltó claridad en los últimos metros. Gran despliegue de un Piquerez que se pasó más tiempo de extremo izquierdo que de lateral.
Heleno y Henrique casi vieron recompensado su enorme trabajo en la zona de atrás cuando Pablo, después de un centro de Abner Vinicius, se quedó a nada de abrir la lata del choque, pero Palmerias se salvó de que la injusticia aterrizase en Sao Paulo. Rony también estuvo presente en un chut cruzado que inquietó a Santos, pero tras esa acción el duelo se marchó a vestuarios con el 0-0 en el luminoso.
El resultado 'gafas' engañaba: Palmeiras nunca mostró signos de duda y se mantuvo fiel a su estilo. Recompensada fue esta fidelidad con una obra de arte esculpida por Zé Rafael. Una jugada a balón parado, cuando no eres capaz de ver portería en ataque posicional o al contragolpe, es tu mejor aliado para sorprender al adversario. Y más si te queda una joya que se volvió viral en cuestión de segundos por Twitter.
Zé Rafael forjó un 'trending topic' maravilloso cuando, con un golpeo exquisito más allá de la frontal, coló el esférico por la escuadra. Una falta que, además, le hicieron a él. Santos voló hasta donde pudo para que el gol no subiese al luminoso, pero es que el '8' la puso donde habitan las crías de las arañas.
¿Qué significa especular?
Los equipos campeones lo son por no especular con el electrónico. Palmeiras creció con el tanto anotado y en dos ocasiones consecutivas, una de Dudu, y otra de Rony, esta última tras una chilena que iba dentro, se quedó a centímetros de poner tierra de por medio y sentenciar el encuentro.
Alberton Valentim movió el equipo y buscó el empate agitando el árbol, pero el 'Verdao' gestionó de manera impoluta los minutos con superioridad en el marcador. Siempre estuvo más cerca el 2-0 que el 1-1 y este llegó en el momento indicado para que el nuevo supercampeón se elevase a los cielos de Sao Paulo. Atuesta, recién ingresado al campo en la segunda mitad, presionó la salida de balón y le robó la cartera al rival. Encaró por la izquierda y vio llegar a Danilo, al que le cedió el cuero dentro del área. El '28', de primeras y con la izquierda, hizo el segundo y definitivo de un Palmeiras que empieza a aburrirse de ganar.
En 2021, dos Libertadores, y en 2022, una Recopa Sudamericana. Abel Ferreira, pase lo que pase en el resto de su etapa en Palmeiras, tendrá, merecidamente además, para siempre un hueco en el corazón de la marea verde. El luso ha creado a una bestia competitiva.