En los prolegómenos del 'clásico' entre el club de la casa y Santos, el Arena Corinthians, el moderno y sofisticado estadio que se estrenó por el Mundial de 2014, sobresale entre la arquitectura del popular barrio de Itaquera, en el este de la ciudad de Sao Paulo.
El tamaño de este colosal recinto es proporcional a la polémica que ha generado en la hinchada el servicio VIP lanzado por el club, tradicionalmente identificado con los más humildes.
La exclusiva 'FielZone' puede recibir hasta 300 personas, que pueden disfrutar de presentaciones musicales, comida, barbero e incluso de una piscina con mil litros de agua y dos metros de circunferencia, dependiente del tipo de paquete contratado.
Los precios de este camarote pueden llegar hasta los 6.000 dólares, según la importancia del partido.
El Corinthians no escatima esfuerzos para satisfacer a sus exclusivos clientes. Les ofrece acceso al espacio cuatro horas antes del inicio del encuentro para que puedan ingerir bebidas alcohólicas ya que, en Brasil, se prohíbe su consumo en los estadios dos horas antes de los partidos.
Sin embargo, la 'FielZone', inaugurada el 17 de febrero durante el partido contra el rival Sao Paulo, ha generado críticas entre la parte más tradicional de la hinchada, una vez que Corinthians es conocido como un club muy próximo de la población más pobre y periférica.
Fue fundado en 1910 por trabajadores e inmigrantes y uno de sus más ilustres seguidores es el ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva.
De acuerdo con el 'Instituto Datafolha', el Corinthians es el segundo equipo más popular de Brasil y suma el 14 % de todos los aficionados del país; Flamengo, de Río de Janeiro, es el primero, con el 18 % de preferencia.