Álvaro Peral pertenece a la quinta del '95. Jugó en las categorías inferiores del Atlético de Madrid para marcharse posteriormente al Fuenlabrada, Villanovense, Guijuelo, Ebro, La Roda y Calahorra.
Una depresión le hizo colgar los guantes. "Terminé el curso pasado en el Calahorra y fue entonces cuando atravesé una serie de problemas que derivaron en una depresión. Y justo cuando iba a comenzar la temporada me encontré ante la tesitura de no tener ilusión ni confianza por el fútbol", explicó en la web '5maseldescuento.es'.
"A nivel mental ha sido muy duro. No estaba preparado para afrontar ni desempeñar un puesto como el mío de portero. Fue muy duro sobre todo el principio porque llevaba toda una vida dedicada al fútbol. Pero todo cambió y tuve que iniciar tratamiento psicológico", relató.
Peral confesó que "gracias a esa ayuda", desde enero ha conseguido centrarse "y estar más estable a todos los niveles". "Tengo muchísimas ganas de regresar al fútbol, como si fuera un niño con balón", añadió.
La pandemia frenó su incorporación. Su idea era entrenar con el Albacete B. "No se ha dado el caso ya que semanas después de hablar con el club ocurrió el COVID-19. Ahora me centro ya en la temporada que viene. Sé que será difícil por todo lo que ha pasado y estar un año fuera del fútbol lo acrecienta todavía más", sentenció.