No pudo ganarse la confianza de Guillermo Barros Schelotto, pero con Gustavo Alfaro parece que ha cambiado y mucho la película. El entrenador ya ha contado con él en grandes citas y parece el destinado a tomar galones en Boca en la parcela creativa.
Pero no siempre ha sido de color de rosas la carrera del 'Bebelo'. En 2014, todavía en las filas de Talleres Córdoba y con 18 años, Reynoso vivió uno de los momentos más difíciles de su vida.
En plena calle y en la puerta de casa, dos delincuentes llegaron en una moto para robarle la suya. El futbolista, en su intento por alcanzarlos, hizo que se bajara uno de ellos. Este le pegó un tiro en su pierna izquierda.
Fue entonces cuando pensó que diría adiós a su carrera como jugador de élite. Pero la fortuna le sonrió. Por suerte, el balazo no afectó a nada grave y pudo recuperarse varias semanas después.
"Por suerte no tocó a ningún ligamento. Tuve una recuperación muy rápida. Estuve parado un mes por ese accidente, pero gracias a Dios la bala no tocó del todo la rodilla y no me comprometió", confirmó a 'Olé'.
"Pensé que no iba a jugar más al fútbol, pero cuando fui al hospital me dijeron que la rodilla estaba bien. A partir de ahí ya solo pensaba en jugar. Pasé de levantar paredes -era albañil- a tirar paredes con Tévez y Zárate", dijo.
Un pasado que ya ha dejado atrás. Ahora, el sueño de Reynoso es poder triunfar en Boca Juniors y ser el ídolo de una afición, la de La Bombonera, que poco a poco parece que le va cogiendo más y más confianza al mediapunta.